Etzatlán, Jalisco.- Una idea que comenzó forrando troncos de los árboles afuera de sus viviendas se convirtió en el proyecto que atrajo las miradas por ser el tejido más grande del mundo.
Es Etzatlán un pintoresco pueblo que ofrece diversas actividades turísticas y amplia riqueza gastronómica donde su principal atractivo son los casi tres mil metros cuadrados de Cielo Tejido multicolor suspendidos en las calles de su Centro Histórico y está ubicado a dos horas de Guadalajara, colindante con el vecino estado de Nayarit donde sus tejedoras lograron iluminar de colores el cielo y que les valió obtener un Récord Guinness hace cuatro años.
Lo hicieron con carpetas hexagonales tejidas de rafia que miden entre 60 y 65 centímetros cada una y se unen formando diseños coloridos que encantan a pobladores y visitantes.
El tejido de Etzatlán mereció en octubre de 2019 el reconocimiento por parte de Récord Guinness al ser el pabellón tejido más grande del mundo.
Desde sus inicios participaron alrededor de 200 personas tejiendo y su trabajo ha vestido eventos en distintas partes del país y del mundo como Cancún, Los Ángeles, California y Dubai.
A decir de Evelia Abraham, una de las coordinadoras del proyecto y quien además se dedica a amarrar los cientos de carpetas tejidas, cada persona tiene su puntada diferente porque tejen con su propia técnica y solo se les indica el diseño, de esa manera el trabajo artesanal nunca es igual, pero al unirlo y ordenarlo por colores, alcanza una belleza inigualable y digna de admirar en el centro de Etzatlán.
Una de las tejedoras es Bety Ramos originaria de la delegación de Oconagua, dentro del municipio de Etzatlán y quien desde hace casi medio siglo vive en Guadalajara pero se llena de emoción por la oportunidad que les dan para tejer desde su casa.
“Esto es como un hobbie, una terapia ocupacional como no tienes una idea porque es fabuloso en las noches cuando a nuestra edad ya no conciliamos el sueño. Te sientas, tejes y es algo que me fascina hacer, me concentro completamente y cada paso que doy estoy emocionada esperando el resultado y cómo se va a ver”.
Bety es una persona de la tercera edad que se mantiene activa y vigorosa tejiendo. Continuamente visita el municipio que la vio nacer donde les entregan bolas de rafia de manera gratuita y reciben un pago de 15 pesos por cada carpeta.
Para tejer una carpeta dedican alrededor de 40 minutos explicó Rita Lizeth, también nacida en Etzatlán y quien comenzó a tejer para ayudarle a su mamá, una de las iniciadoras del proyecto del cielo tejido a finales del 2017.
Ella es madre de familia y como sus hijos son pequeños aún, dedica poco tiempo a tejer, pero cuando lo hace igualmente lo disfruta, aunque reconoce que el trabajo es pesado y terminan con las manos cansadas.
“En un principio no se siente el cansancio, pero cuando dejas se siente más el dolorcito y más si te mojas se siente el cansancio”, comenta la mujer, mientras avanza en su carpeta de color morado para un tejido que en unos días más vestirá el cielo en los municipios de Atenguillo y La Barca.
Les llena de satisfacción ver el tejido más grande del mundo decorando el cielo de su municipio, pues prácticamente todo el Centro se llenó de color con las carpetas que han hecho alrededor de 200 tejedoras, entre las que hay jovencitas de 15 años y mujeres de casi 80 años de edad.
Está también un pequeño, el único varón dentro del proyecto igualmente apasionado por tejer carpetas de colores en sus tiempos libres para entregarlas en el taller ubicado en la cabecera municipal, donde se encargan de armar el diseño y unirlas para lograr grandes techos de colores.
No te pierdas la oportunidad de admirar cada metro cuadrado de esta increíble actividad, además de disfrutar de todas las maravillas y bondades que ofrece el pintoresco municipio de Etzatlán.