/ jueves 22 de noviembre de 2018

Rebecca de Alba realizó venta anual a beneficio de personas con cáncer

La conductora se instala en las puertas de Frattina y recibe con una sonrisa a quienes acuden a la venta anual de esa boutique

Rebecca de Alba se instala en las puertas de Frattina y recibe con una sonrisa a quienes acuden a la venta anual de esa boutique, donde un porcentaje irá a la fundación que lleva su nombre con la finalidad de ayudar a personas con cáncer. Contenta, anuncia que ha llegado Mariano, un niño que desde bebé va al evento y en esa ocasión, le lleva un libro con imágenes de Sor Juana Inés de la Cruz, “sabe que me gusta el arte y la historia de mujeres luchadoras, me conoce bastante bien”, dice la conductora en entrevista con el ejemplar en sus manos.

Antes, De Alba se ha sentado con el pequeño en las escalinatas del local de avenida Masaryk. No le importa que su traje blanco, que consta de saco largo y pantalón se pueda ensuciar. Al infante, le enseña uno de los videos que éste grabó el año pasado, para invitar a la gente a ayudar a la causa con sus compras de ropa y accesorios de marcas de moda.

“Mariano es el niño de la venta, así lo bauticé desde hace cinco años. Viene y se la pasa bomba”, expresa Rebecca para después dar a conocer que durante los dos días del suceso comercial, se destina el 15 por ciento para la fundación que se utilizan en medicamento oncológico, alimentos, transportes y asesoría para personas de bajos recursos. Agrega que se busca beneficiar a más de tres mil pacientes.

Para la rubia, esta labor nutre su espíritu: “Para mí, una vida que no se comparte y no ayuda al prójimo no vale nada. Me gusta el servicio, antes hacía trabajo voluntario en otras fundaciones hasta que hice la mía, todos los días hay que transmitir cosas positivas a los demás”.

Después, a pregunta expresa, menciona cuál es el equilibrio entre el trabajo y en su vida personal. “Soy una persona que lleva una vida bastante normal. Mi centro es no perderme de la vida sencilla y cotidiana. Hoy le decía a una de mis hermanas ¡qué maravilla hacerme cargo de mí! Yo me preparo la ropa que me voy a poner, me hago la avena y me gusta ser responsable, así me educó mi mamá”.

Su filosofía: “Es ser y dejar ser. No tengo tiempo para los chismes, no me engancho con nada. Fluyo en mi vida, soy respetuosa, celosa de mi intimidad. Me tomo con tranquilidad cosas que me inventan como romances, de siete que han inventado, dos han sido ciertos. Siempre estás en el ojo del huracán, pero el objetivo es tener buenas relaciones con los demás, al fin y al cabo eres figura pública. Hay que buscar la armonía en todo”.

De sus aficiones, Rebecca de Alba manifiesta con emoción que “México, país, es un arte sublime” y dice que Oaxaca y Zacatecas son tierra de artistas plásticos y le gusta apreciar las obras de sus creadores. Al interrogarle, sobre si la han pintado en alguna ocasión, la conductora menciona que Rafael Coronel alguna vez se lo propuso y no descarta la idea. Uno de los pintores que le gustan es Carbonell. Asimismo, señala que no colecciona obras artísticas.

Rebecca de Alba, quien tiene agenda llena de eventos privados de conducción hasta el 23 de diciembre, descubre su lista de canciones y en ese sentido, se califica “ecléctica, porque me gusta la cumbia, la salsa, de allí, me voy a la música de los años 80, de los 90. También para relajarme tengo una selección de 50 melodías diferentes de sonidos tibetanos. Entre mis cantantes favoritos están Paul McCartney y LennyKravitz en fin, me gusta toda la música”, finaliza.

Rebecca de Alba se instala en las puertas de Frattina y recibe con una sonrisa a quienes acuden a la venta anual de esa boutique, donde un porcentaje irá a la fundación que lleva su nombre con la finalidad de ayudar a personas con cáncer. Contenta, anuncia que ha llegado Mariano, un niño que desde bebé va al evento y en esa ocasión, le lleva un libro con imágenes de Sor Juana Inés de la Cruz, “sabe que me gusta el arte y la historia de mujeres luchadoras, me conoce bastante bien”, dice la conductora en entrevista con el ejemplar en sus manos.

Antes, De Alba se ha sentado con el pequeño en las escalinatas del local de avenida Masaryk. No le importa que su traje blanco, que consta de saco largo y pantalón se pueda ensuciar. Al infante, le enseña uno de los videos que éste grabó el año pasado, para invitar a la gente a ayudar a la causa con sus compras de ropa y accesorios de marcas de moda.

“Mariano es el niño de la venta, así lo bauticé desde hace cinco años. Viene y se la pasa bomba”, expresa Rebecca para después dar a conocer que durante los dos días del suceso comercial, se destina el 15 por ciento para la fundación que se utilizan en medicamento oncológico, alimentos, transportes y asesoría para personas de bajos recursos. Agrega que se busca beneficiar a más de tres mil pacientes.

Para la rubia, esta labor nutre su espíritu: “Para mí, una vida que no se comparte y no ayuda al prójimo no vale nada. Me gusta el servicio, antes hacía trabajo voluntario en otras fundaciones hasta que hice la mía, todos los días hay que transmitir cosas positivas a los demás”.

Después, a pregunta expresa, menciona cuál es el equilibrio entre el trabajo y en su vida personal. “Soy una persona que lleva una vida bastante normal. Mi centro es no perderme de la vida sencilla y cotidiana. Hoy le decía a una de mis hermanas ¡qué maravilla hacerme cargo de mí! Yo me preparo la ropa que me voy a poner, me hago la avena y me gusta ser responsable, así me educó mi mamá”.

Su filosofía: “Es ser y dejar ser. No tengo tiempo para los chismes, no me engancho con nada. Fluyo en mi vida, soy respetuosa, celosa de mi intimidad. Me tomo con tranquilidad cosas que me inventan como romances, de siete que han inventado, dos han sido ciertos. Siempre estás en el ojo del huracán, pero el objetivo es tener buenas relaciones con los demás, al fin y al cabo eres figura pública. Hay que buscar la armonía en todo”.

De sus aficiones, Rebecca de Alba manifiesta con emoción que “México, país, es un arte sublime” y dice que Oaxaca y Zacatecas son tierra de artistas plásticos y le gusta apreciar las obras de sus creadores. Al interrogarle, sobre si la han pintado en alguna ocasión, la conductora menciona que Rafael Coronel alguna vez se lo propuso y no descarta la idea. Uno de los pintores que le gustan es Carbonell. Asimismo, señala que no colecciona obras artísticas.

Rebecca de Alba, quien tiene agenda llena de eventos privados de conducción hasta el 23 de diciembre, descubre su lista de canciones y en ese sentido, se califica “ecléctica, porque me gusta la cumbia, la salsa, de allí, me voy a la música de los años 80, de los 90. También para relajarme tengo una selección de 50 melodías diferentes de sonidos tibetanos. Entre mis cantantes favoritos están Paul McCartney y LennyKravitz en fin, me gusta toda la música”, finaliza.

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