Un día inolvidable resultó para el pequeño Diego Calzada Raymundo tras recibir la primera comunión.

Acompañado de sus seres queridos, Diego ingresó con orgullo a la casa de Dios, en el Templo de Nuestra Señora del Favor donde con gran emoción en compañía de otros compañeros tomaron el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

El recinto católico lució concurrido con la asistencia de los familiares y amigos más cercanos a los comulgantes, quienes se dieron cita para felicitarlos y compartir con ellos tan especial acontecimiento.

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Frente al altar, Diego elevo sus oraciones para agradecer por los favores recibidos, además de prometer realizar con frecuencia el acto de confesión para luego ser merecedor a la comunión.

Como padrino fungió Víctor Enríquez Tapia quien en todo momento estuvo al pendiente de su ahora ahijado en su comunión, después de que el padre Hugo Pimentel Márquez dirigiera su mensaje a los fieles, otorgó la hostia y el vino a los infantes, quienes se mostraron felices de recibir a Jesús en su corazón.

Finalmente, Diego y los demás asistentes recibieron la bendición, al igual que sus papás y padrinos, quienes fueron invitados por el sacerdote a ser guías de fe, amor y esperanza durante la formación religiosa de los pequeños.