/ lunes 14 de octubre de 2024

Y dale con el perdón

Parecía que cuando el señor Andrés Manuel se fue a su rancho, todo quedaría en historia, se metería al cajón de los olvidos y sanseacabó. Una nueva administración se encargaría de restañar las heridas, de reparar los daños y a otra cosa mariposa.

Pero no ha sido así. La señora Claudia fue al baúl de las cosas inútiles, agarró el guante y de nuevo a emprenderla contra España buscando un infantil perdón.

Si la señora Claudia hiciera sus reclamos en nombre propio, allá ella y sus responsabilidades de prueba y base de sus exigencias, pero lo hace con la representación del Estado Mexicano y a quienes nos pone como ignorantes y tontos es a nosotros, los que sí pensamos, los que sí reflexionamos, los que no estamos conformes con una absurda reclamación por sucesos de hace 500 años.

Es inconcebible que a estas alturas, de nuevo la señora Claudia emprenda la cruzada del perdón, y aprovecha cualquier pretexto o coyuntura para acometer con singular gusto en contra de países hermanos con los que nos unen lazos que van más allá del lenguaje común; España es prácticamente nuestro segundo socio comercial.

La señora Claudia entiendo que tiene un Doctorado en Ciencias y seguramente su cultura es muy amplia en el tema de su conocimiento, pero lamentablemente, está a nivel de párvulos en sus conocimientos jurídicos e históricos y solo se exhibe internacionalmente como una persona que desconoce la historia de su propio país, o al menos carece del menor sentido común como para apoyarse en alguien que tenga aunque sea rudimentarios conocimientos de Historia, como para evitar esta clase de reyertas que a nada conducen, o mejor dicho, solo conducen a la vergüenza y al pesar.

Vergüenza, porque los extranjeros tienen un concepto muy desilusionante del término medio del mexicano: peleonero, iletrado, rajón y holgazán, porque busca pleitos, no sabe lo que discute ni porqué se pelea, defiende su democracia y se agacha para poner al servicio del vecino 28 mil soldados para cuidar sus fronteras y aparte no se apura en sus tareas fundamentales como son brindar seguridad y salud a su pueblo.

Desilusionante, porque hasta hace pocos años nuestro país era objeto de respeto y nosotros de admiración y hoy solo somos objeto de desprecio y burla.

Si tantas ganas tiene la señora Claudia de un perdón, debiera comenzar por pedir perdón a nombre de la anterior administración por haber perdido durante su gobierno más de 200,000 personas víctimas de homicidios dolosos, más de 70 mil desaparecidos, más de 700 mil muertos por una pandemia mal manejara. Por ahí debiera empezar la señora Claudia en lugar de seguir con la cantaleta de pedir que la corona Española pida perdón por algo que no hizo, porque en su momento ni siquiera existía.

Parecía que cuando el señor Andrés Manuel se fue a su rancho, todo quedaría en historia, se metería al cajón de los olvidos y sanseacabó. Una nueva administración se encargaría de restañar las heridas, de reparar los daños y a otra cosa mariposa.

Pero no ha sido así. La señora Claudia fue al baúl de las cosas inútiles, agarró el guante y de nuevo a emprenderla contra España buscando un infantil perdón.

Si la señora Claudia hiciera sus reclamos en nombre propio, allá ella y sus responsabilidades de prueba y base de sus exigencias, pero lo hace con la representación del Estado Mexicano y a quienes nos pone como ignorantes y tontos es a nosotros, los que sí pensamos, los que sí reflexionamos, los que no estamos conformes con una absurda reclamación por sucesos de hace 500 años.

Es inconcebible que a estas alturas, de nuevo la señora Claudia emprenda la cruzada del perdón, y aprovecha cualquier pretexto o coyuntura para acometer con singular gusto en contra de países hermanos con los que nos unen lazos que van más allá del lenguaje común; España es prácticamente nuestro segundo socio comercial.

La señora Claudia entiendo que tiene un Doctorado en Ciencias y seguramente su cultura es muy amplia en el tema de su conocimiento, pero lamentablemente, está a nivel de párvulos en sus conocimientos jurídicos e históricos y solo se exhibe internacionalmente como una persona que desconoce la historia de su propio país, o al menos carece del menor sentido común como para apoyarse en alguien que tenga aunque sea rudimentarios conocimientos de Historia, como para evitar esta clase de reyertas que a nada conducen, o mejor dicho, solo conducen a la vergüenza y al pesar.

Vergüenza, porque los extranjeros tienen un concepto muy desilusionante del término medio del mexicano: peleonero, iletrado, rajón y holgazán, porque busca pleitos, no sabe lo que discute ni porqué se pelea, defiende su democracia y se agacha para poner al servicio del vecino 28 mil soldados para cuidar sus fronteras y aparte no se apura en sus tareas fundamentales como son brindar seguridad y salud a su pueblo.

Desilusionante, porque hasta hace pocos años nuestro país era objeto de respeto y nosotros de admiración y hoy solo somos objeto de desprecio y burla.

Si tantas ganas tiene la señora Claudia de un perdón, debiera comenzar por pedir perdón a nombre de la anterior administración por haber perdido durante su gobierno más de 200,000 personas víctimas de homicidios dolosos, más de 70 mil desaparecidos, más de 700 mil muertos por una pandemia mal manejara. Por ahí debiera empezar la señora Claudia en lugar de seguir con la cantaleta de pedir que la corona Española pida perdón por algo que no hizo, porque en su momento ni siquiera existía.