El pasado 1º de septiembre inició la nueva era del Congreso General de la Unión, tanto la Cámara de Diputados, como la de Senadores, recibieron a nuevos representantes populares que durarán en su cargo tres y seis años respectivamente. De 500 legisladores que integran la Cámara de Diputados, 236 son de Morena, 77 del PVEM, 72 del PAN, 51 del PT, 35 del PRI, 27 de MC, 1 del PRD y un diputado electo por la vía independiente. En el Senado de la República, de 128 escaños, Morena ocupará 60 espacios, PAN 22, PRI 16, PVEM 14, PT 9, MC 5 y el PRD 2. Dicho de otra forma, en la Cámara de Diputados, el PAN perdió 40 diputados, el PRI 33, MC 24 y PRD 10; por otro lado, en la Cámara de Senadores, el PAN y PRI suman a 3 legisladores cada uno, mientras MC pierde 6 integrantes y el PRD pierde 2.
En total, en el Congreso General de la Unión, la oposición perdió 109 legisladores de los cuales: 37 fueron del PAN, 30 del PRI, 30 de MC y 12 del PRD. La oposición recibió un mensaje que se resiste a entender: con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Caben muchas reflexiones, causas o motivos de su derrota, la más trascendente, se resisten a entender al pueblo y luchan por el ecosistema de ilegalidad, impunidad, complicidad, corrupción y beneficios en los que sumergieron al país.
Lejos de reformarse, emprendieron una narrativa tendiente a desacreditar el triunfo de Morena, irónicamente intentan hacerle creer a los ciudadanos que el INE (la institución a la que tanto usaron y “defendieron” en su campaña electoral) les está regalando diputados para tener la mayoría calificada en el Poder Legislativo. Falso, hoy hablan de una sobre representación, para el caso es importante decir que fue el mismo PRIANISMO que en el 2008 hizo reformas al Código Electoral para eliminar la regla que establecía la asignación de plurinominales a las coaliciones (como si se tratara de un mismo partido), concretamente, derogaron el párrafo cuarto del artículo 59-A para que la asignación de diputados sea conforme a los votos obtenidos por cada uno de los partidos políticos. Lo que tampoco dicen los PRIANISTAS es que actualmente hay dos candados que impiden la sobrerrepresentación: 1. Que ningún partido político puede tener más de 300 diputados por ningún tipo de mayoría, y 2. Que no podrá darse más diputados al partido político que exceda del número equivalente a los votos recibidos más el 8% de estos.
Lo que ellos quieren es ganar en la narrativa lo que no hicieron en las urnas, lo que no quieren es que Morena tenga la mayoría necesaria para hacer las reformas que necesita el pueblo de México. Hoy está en boga la reforma al Poder Judicial y siguen sin entender que las cosas deben cambiar, que la justicia no es un privilegio y que ni ministros, ni magistrados ni jueces, están por encima de la soberanía nacional que dimana y radica esencialmente en el pueblo.
Vendrá un episodio importante para el país, al que auguro éxito y consolidación del proyecto de nación que inició con Andrés Manuel López Obrador y se apuntalará con Claudia Sheinbaum Pardo. Jalisco tendrá una extraordinaria representación en el Dr. Carlos Lomelí Bolaños quien, junto a su compañera de fórmula la senadora Rocío Corona Nakamura, gestionarán la solución a los problemas del estado y, junto a diputados federales y locales del movimiento, harán un gran bloque de representación popular con espíritu humanista.