El tufo a corrupción en las torres que han estado apareciendo en las zonas de mayor plusvalía en el Área Metropolitana de Guadalajara, es inevitable. Sobre todo, cuando observamos un crecimiento mas o menos sostenido de la infraestructura básica como las vialidades, el agua potable, semaforización, parques y camellones junto con el balizamiento necesario solo en ciertas regiones o colonias donde, de hecho, poco se necesitan ante la inversión pública y privada hecha por mas de 40 años.
Por ello resulta sospechosa la falta de respeto a los planes parciales de desarrollo urbano que tendrían que ponderar el crecimiento armonioso de todas las necesidades urbanas antes que dotar de una plusvalía que solo ha beneficiado a los grandes inversores para hacer, de esas torres de vivienda de alto nivel, un gran negocio, principalmente en el primer cuadro de nuestra ciudad.
En síntesis primero tendríamos que resolver otros pendientes de la ciudad que tienen que ver con lo siguiente:
1. Atender la crítica hecha por algunos funcionarios, incluso, como el Presidente Municipal de Tonalá, Sergio Chávez acerca del efecto pernicioso a la comunidad tonalteca de Matatlán a partir de la exposición de esa población a la insalubridad y sobre lo cual el edil Chávez señaló “Para avanzar hacia un futuro mas sustentable, necesitamos un nuevo paradigma, planificación para un nuevo modelo de municipios metropolitanos con políticas públicas que conlleve a la equidad”. Y así están todos.
2. El abasto del agua se sigue complicando a partir del, cada vez mas largo, estiaje en el cual llega menos agua a Guadalajara y se distribuye mas sucia. Abriendo la gran necesidad de una nueva educación social para aprovechar las aguas pluviales como fuente alternativa.
3. Ampliar la capacidad del medio anillo periférico existente en nuestra ciudad, sin llegar a los centros urbanos de mayor población solo nos ha resuelto a medias ese gran pendiente mientras siga siendo, el transporte público, un negocio privado cuyas limitaciones financieras, con un afán lucrativo han marginado a muchas colonias populares de los municipios de Tonalá, Tlaquepaque y Tlajomulco. En ese tema nunca podremos hablar de una solución integral mientras no tengamos una Línea 4 del Tren Eléctrico o incluso un metro para la próxima generación de tapatíos.
4. La penosa inseguridad que ha hecho crisis en nuestra ciudad tiene que ver con la expulsión de la que han sido objeto cientos de miles de trabajadores hacia los fraccionamientos marginales con déficit grave de servicios urbanos y que han convertido sus regiones en centros de degradación social ante la ausencia de seguridad. Y cada vez son mas colonias en esas condiciones.
5. Es evidente que los factores antes mencionados han generado una ciudad vialmente caótica y en la cual las islas del confort son esas zonas cerca de las áreas turísticas o de alto nivel inmobiliario. Y, de todas maneras, cada día son menos suficientes los espacios de estacionamiento, el transporte eficiente y mas graves los accidentes viales, la contaminación y el ruido citadino simplemente porque hemos carecido de lo mas elemental para el crecimiento de una ciudad: La Planeación Urbana.
MTRO. CARLOS M. OROZCO SANTILLAN
ACADEMICO DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA