/ lunes 26 de febrero de 2024

'Si te llevas te aguantas'. Alarma en las escuelas

La semana pasada tuve conocimiento de un hecho que me llevó a reflexionar y de lo cual comparto mis conclusiones.

No es un secreto que las nuevas generaciones están invadidas por un cúmulo de información difícil de controlar por quienes tenemos la responsabilidad de educarles. Desde letras de canciones, redes sociales y por supuesto, el intercambio de datos en general de lo que cada adolescente puede compartir con otro.

Lamentablemente se ha normalizado un lenguaje con contenido violento entre ellas y ellos, lo que en ocasiones conlleva a limites en donde, ya no distinguen cuando el lenguaje violento de “cotorreo” se convierte en una agresión que quien la recibe, lo calla, y comúnmente es por vergüenza a ser tachada o tachado por exagerar, por intimidación, o por miedo acumulando frustración que posteriormente puede tener consecuencias graves.

En nivel secundaria un factor importante que agrava la situación es la edad en que se comienza a experimentar muchos cambios a nivel hormonal y su sexualidad florece a ritmos acelerados, por ello dentro de su comunicación muchas veces comienzan a añadir contenido erótico.

Razonando lo anterior, regresamos al acontecimiento que sucedió justamente en la secundaria de una escuela, en la que durante meses una niña y un niño que tenían un “amistad” con las características que ya señalamos, tuvieron un fuerte incidente. Ella platicó que él hacía cosas obscenas en el salón, entre ellas tocarse sus partes íntimas enfrente de las adolescentes y decirle a ella cosas obscenas, la última por la que ella explotó fue: “aunque estas tablita (por delgada) sí te co… porque seguro la tienes bonita y color rosita”. Ella muy enojada le contestó con varias groserías de las más fuertes que pueden existir, corrió a hablar con el prefecto y éste les llamó la atención a los dos, bajo el dicho: el que se lleva, se aguanta”.

Con independencia de que las autoridades del colegio posterior a ello actuaron de forma razonable, es importante hacer notar la gravedad de la frase, ya que además de no ser la forma, no hay razón para justificar en ninguna circunstancia la violencia sexual y en razón de género. Es la oportunidad y responsabilidad de las escuelas y de las familias orientar de forma adecuada a quienes todavía están en la ruta de aprendizaje, a identificar conductas y a pontenciales violentadores en razón de género para actuar y que en una edad adulta no se viva una tragedia. Ningún tipo de violencia es admisible, sin embargo, es indispensable hacer una distinción entre las groserías y actos rebeldes de las conductas tipificadas y que son las que más lastiman hoy en día nuestra sociedad.

Nadie debe aguantarse, ni te lleves, ni te aguates. Impulsemos los ambientes libres y seguros, pero sobre todo fomentemos de Paz.


Facebook: @ana.isa.1257

Instagram: @anarojimisa

Twitter: @anaisabelrobl17

La semana pasada tuve conocimiento de un hecho que me llevó a reflexionar y de lo cual comparto mis conclusiones.

No es un secreto que las nuevas generaciones están invadidas por un cúmulo de información difícil de controlar por quienes tenemos la responsabilidad de educarles. Desde letras de canciones, redes sociales y por supuesto, el intercambio de datos en general de lo que cada adolescente puede compartir con otro.

Lamentablemente se ha normalizado un lenguaje con contenido violento entre ellas y ellos, lo que en ocasiones conlleva a limites en donde, ya no distinguen cuando el lenguaje violento de “cotorreo” se convierte en una agresión que quien la recibe, lo calla, y comúnmente es por vergüenza a ser tachada o tachado por exagerar, por intimidación, o por miedo acumulando frustración que posteriormente puede tener consecuencias graves.

En nivel secundaria un factor importante que agrava la situación es la edad en que se comienza a experimentar muchos cambios a nivel hormonal y su sexualidad florece a ritmos acelerados, por ello dentro de su comunicación muchas veces comienzan a añadir contenido erótico.

Razonando lo anterior, regresamos al acontecimiento que sucedió justamente en la secundaria de una escuela, en la que durante meses una niña y un niño que tenían un “amistad” con las características que ya señalamos, tuvieron un fuerte incidente. Ella platicó que él hacía cosas obscenas en el salón, entre ellas tocarse sus partes íntimas enfrente de las adolescentes y decirle a ella cosas obscenas, la última por la que ella explotó fue: “aunque estas tablita (por delgada) sí te co… porque seguro la tienes bonita y color rosita”. Ella muy enojada le contestó con varias groserías de las más fuertes que pueden existir, corrió a hablar con el prefecto y éste les llamó la atención a los dos, bajo el dicho: el que se lleva, se aguanta”.

Con independencia de que las autoridades del colegio posterior a ello actuaron de forma razonable, es importante hacer notar la gravedad de la frase, ya que además de no ser la forma, no hay razón para justificar en ninguna circunstancia la violencia sexual y en razón de género. Es la oportunidad y responsabilidad de las escuelas y de las familias orientar de forma adecuada a quienes todavía están en la ruta de aprendizaje, a identificar conductas y a pontenciales violentadores en razón de género para actuar y que en una edad adulta no se viva una tragedia. Ningún tipo de violencia es admisible, sin embargo, es indispensable hacer una distinción entre las groserías y actos rebeldes de las conductas tipificadas y que son las que más lastiman hoy en día nuestra sociedad.

Nadie debe aguantarse, ni te lleves, ni te aguates. Impulsemos los ambientes libres y seguros, pero sobre todo fomentemos de Paz.


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