Poco a poco, México ha tenido un declive en el desarrollo ocasionado por quienes hoy dirigen el gobierno federal. Lo podemos constatar en el fracaso económico, hoy cuesta más la canasta básica. La educación ha sufrido un retroceso en los contenidos educativos y el nulo apoyo hacia los maestros. La pobreza en México ha aumentado, al igual que la falta de medicamentos, la inseguridad, la corrupción, las mentiras, entre muchos más.
El problema no termina ahí. Lo más lamentable del actual gobierno federal es la polarización que han generado entre las y los mexicanos, hoy si no estás de acuerdo con lo que diga el presidente, estás contra él, y al estar contra él, estas contra todos los que le rinden reverencia. El actual gobierno, ha dejado en claro que las libertades políticas son un estorbo para lograr imponer su régimen, de ahí que su principal estrategia sea el engaño ante el fracaso de sus políticas mismo que hoy padecen las y los mexicanos.
El camino que se ha trazado el actual régimen y que pareciera aspira a convertirse en dictadura es su constante amenaza y pretensión para eliminar las instituciones que garantizan el voto libre y secreto. Entre muchos, la destrucción de la democracia es uno de los principales peligros, el régimen actual busca desaparecer las instituciones que garantizan el ejercicio y la libertad de los ciudadanos para elegir de manera libre a quienes conducirán la administración pública del país.
Ha quedado claro que Morena, su líder moral y sus aduladores, han sido un peligro para México. En estos seis años han logrado un retroceso económico y social, han aumentado la pobreza y con ello, han disminuido la calidad de vida de los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. La continuidad de un gobierno morenista representa un peligro y la destrucción de las instituciones además de seguir con el retroceso.
Un segundo régimen morenista pondría en peligro las libertades que con el paso de los años se han alcanzado. Con Morena está en riesgo el patrimonio, ya que la intención de este régimen es la eliminación de la propiedad privada y con ello, poder expropiar a su antojo lo que tanto ha costado construir a las familias de México. El partido oficial ha dejado en claro su desprecio a las instituciones que son contrapeso para equilibrar el sistema político del país y para ellos, no deben existir.
El peligro sigue latente, de continuar el partido oficial en el poder, la próxima elección podría ser la última de forma democrática. De ser así, las generaciones menores de 18 años no conocerán los procesos de elección libres, es decir, no tendrán la posibilidad de elegir ni participar en futuras elecciones.
Cada día queda más claro, el partido guinda y sus “lideres” demuestran que su forma de gobernar es la misma que utilizan para mantener el poder. Ante la inminente derrota, el fraude será su carta bajo la manga. Y vaya que el responsable de los apagones en el país sabe muy bien de ello.
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