Podríamos iniciar nuestra opinión con una frase conocida: "No hagas cosas malas que parezcan buenas" y le podríamos agregar "y si las haces, procura que no sean tan obvias".
A tan solo 8 meses de que el mandato casi dictatorial termine en el Palacio Nacional, el presidente de México envió un paquete de 20 iniciativas con las que pretende reformar varios artículos de la Constitución, mismas que van encaminadas a: incrementar apoyos sociales, en materia de seguridad, justicia, electoral, salud y a la extinción de los organismos que siempre le han sido incómodos por no obedecer a sus caprichos o simplemente, porque no tolera -por ejemplo- que la información sobre sus "favoritismos familiares" sea exhibida, tal es el caso del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI).
Pero lo que pareciera ser un capricho más del presidente, tiene la clara visión de ser un acto más populista y electorero con miras a ensalzar a su partido y a su candidata. Tan solo la propuesta de incremento en las pensiones, la atención médica universal gratuita, becas a familias de escasos recursos y eliminación de organismos que para él son elitistas y onerosos, dejan entrever la intención populista y electoral con la que pretende seguir haciendo campaña a favor de MORENA, sus aliados y candidatos.
Debemos reconocer que existen propuestas que por su importancia deben ser analizadas a profundidad por ello, es necesario estudiarlas a consciencia, ver sus alcances y sobre todo, conocer la posibilidad económica que existe para llevarlas a cabo, así como la seguridad de que tendrán un soporte económico a futuro.
Por otra parte, tenemos iniciativas que dejan ver la clara intención de llevar al país a una dictadura. Mientras Andrés Manuel era candidato criticó fuertemente la militarización del país y hoy propone adherir las instituciones de seguridad al ejército, tal es el caso de la Guardia Nacional. Otra propuesta va encaminada a que tanto los jueces como los magistrados sean electos por el pueblo, se le olvida que estos nombramientos emanan del propio poder ejecutivo, del legislativo y del judicial, considerando las características propias que un jurista debe tener, por ello, se debe tomar con la responsabilidad que merece, lejos de temas proselitistas y populistas. La justicia en México debe tener la seriedad y legalidad que merece.
Estamos ante un escenario claramente proselitista. Queda claro que las reformas presentadas por el presidente llevan un trasfondo de carácter electoral. Las que sean aprobadas las dará por propias y buscará venderlas como un logro de MORENA en bien del pueblo. Las que no se aprueben, las usará como estandarte para atacar a la oposición diciendo que los conservadores y neoliberales no quieren el bien para el pueblo de México.
A estas alturas, todos conocemos la forma de actuar de Andrés Manuel: usar todo lo que no le beneficia o está en su contra, para martirizarse y hacer creer que nadie, solamente él y su partido, quieren el bien de los mexicanos y eso sí, es demasiado obvio.
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