/ viernes 16 de agosto de 2024

¿Presidencia gerencial?

Los mexicanos brincan de gusto porque ya hay presidenta electa. Doña Claudia recibió la constancia que la acredita como tal tras la revisión y votación de las elecciones del pasado 2 de junio. Ella es una profesional de la política y ha obtenido títulos académicos que podrían darle más confianza a la ciudadanía porque, al menos, tiene otro perfil por lo cual habría que esperar un mejor país. ¿Cree usted que el primer piso de la transformación es lo que merecen los connacionales? ¿Usted, amable lector está feliz, feliz, como dice López Obrador? ¿Lo deja satisfecho el agonizante sexenio federal?

Tanto a México como a la señora presidenta (con “a”) deberá, en teoría, mejorar en todos los sentidos, pero….!! Está por terminar la enfadosa perorata de campaña morenista encabezada por el tabasqueño desde palacio nacional (y desde antes). Concluyeron los demagógicos discursos de la campaña político electoral que culminó días antes de las elecciones pero que no cambian los discursos y las declaraciones periodísticas de la señora.

En los discursos, luego de recibir su constancia en la sede electoral federal y luego en la (tradicional) pachanga del teatro Metropolitan en CDMX, es clarísimo comprobar que es una calca de lo que dijo y dice el macuspeño. Ojalá y no haya acusaciones de plagio. Ya se esperaba: la continuidad y el continuismo asientan sus “morenos reales” con toda la testosterona y ahora con la progesterona.

Los cambios son para mejorar. No hay pierde, pero si el relevo es gerencial, “maldita sea la cosa”, dice el refrán”. La incómoda dependencia será y de hecho ya lo es, dará un gobierno federal confuso, receloso y con menos resultados postivos porque mientras viva López no dejará de participar sobrepasando la investidura presidencial y a la persona “que tanto quiere y admira”. Pero “hay lobos con piel de oveja”, ¿será el caso con la señora?

Por ahora está coptada porque, por lo menos, la mitad del gabinete son “sugerencias” de López. El resto tuvo de consultarlo. Quien lo niegue padece miopía aguda. Y hasta ahora, doña Claudia “le ha dado por lado” a su “destapador”. Pero el futuro no será halagador para ella. Dependiendo la incursión política del saliente y de su último viaje, la estabilidad podría en el gobierno federal podrían darse paulatinamente, pero mientras unos obedecerán al presidente y otros atiendan –quizá- a la doña.

Y mientras tanto ¿el desarrollo de los programas de obras, servicios, economía, salud, etc., funcionará igual que ahora o peor? Por las barrabasadas que ahora afectan al país, no votaron los mexicanos que hicieron ganar a López; tampoco ahora. La esperanza muere al último y los mexicanos, acostumbrados al paternalismo y los políticos , aferrados al clientelismo, esperan más de los programas de bienestar, lo cual mantendrá a millones de coterráneos más tranquilos. Esto es una bomba de tiempo, en lo económico lo político y en lo social en tanto la gente en el poder seguirá succionando de la ubre presupuestal como “becerro de año”, mientras que la inflación, el bajo poder adquisitivo salarial, los elevados precios de productos y servicios, entre otras afectaciones, seguirá golpeando a la gran mayoría, inundada de sangre, de extorsiones, drogadicción y otras conductas antisociales. ¿Seguirán los abrazos para combatir la violencia?

En el discurso de doña Claudia explota el revanchismo combinado con la motivación electoral. Tiene razón al festejar el empoderamiento de las mujeres, pero en el plano político y del servicio, público ¿habrá agachados? Dicen que en política hombres y mujeres son iguales y con la paridad, más. En su alocución parece llegar a reptar con tanto halago al tlatoani. Ofrece respeto a todos; igual lo ofreció López y ha dicho que “mi no me vengan con que la ley es la ley”. ¿Actuará igual la señora? También “mandará al diablo a las instituciones, o basta con lo que se ha hecho”.

Los mexicanos esperamos una verdadera transformación; democracia y justicia real; que no haya genocidios como ocurrió cuando el Covid mermó la salud de unos y enriqueció a otros; que disminuya al menos, la inseguridad; que acaben con los malandros; que haya abasto de medicamentos, personal, equipo e instalaciones en el sector salud suficientes en espera de la atención como en Dinamarca. La señora ya tiene suficientes recursos para vivir y sobrevivir esta y la siguiente generación por lo que es de esperarse que nos haya cuotas ni cuates que sigan mermando los dineros ciudadanos. Se espera que respete y equilibre el federalismo en lo fiscal, en apoyos de contingencias naturales, etc. Que trabaje en beneficio de la clase trabajadora y empresarial. En campaña sería mucho pedir, pero ahora se debe exigir.

Si doña Claudia cumple al menos con la mitad de lo que ofrece, en verdad será una histórica presidenta y no sólo por la coyuntura, sino por su trabajo. El ser la primera, presidenta de México es anecdótico. En su discurso recordó a Leona Vicario, y a doña Josefa Ortiz, “La Corregidora”, doña Josefa a quien le quitó “el de Domínguez” que era el apellido de su marido. Esto suena a venganza matriarcal. Sin embargo hay que reconocer que la mujer ha destacado en todo. Simplemente al ser Madre, es lo máximo. Ahora la investidura presidencial de México está en la oportunidad de recobrar prestigio mundial. Hasta ahora la burla no ha faltado.

Bueno es recordar la obra teatral “La Señora Presidenta” escrita por el dramaturgo peruano Miguel Gutiérrez. La trama se centra en una mujer que asume la presidencia de un país después de la muerte de su esposo, el anterior presidente. La obra explora temas como el poder, la política, la corrupción y la lucha de las mujeres por el liderazgo en un entorno machista. A lo largo de la historia la protagonista enfrenta desafíos y obstáculos, incluyendo la resistencia de los políticos tradicionales y las expectativas sociales sobre su rol de mujer. La obra es unan sátira política que critica la corrupción y el abuso del poder y destaca la lucha de las mujeres por la igualdad y el reconocimiento en la esfera política. La similitud de esta obra frente a la realidad que ahora vive México, es mera coincidencia? Los mexicanos esperamos resultados no demagogia ni una obra teatral de entretenimiento o de “atole con el dedo”. Y…qué pasa?

Periodista: mjimenezibanez58@gmail.com

Los mexicanos brincan de gusto porque ya hay presidenta electa. Doña Claudia recibió la constancia que la acredita como tal tras la revisión y votación de las elecciones del pasado 2 de junio. Ella es una profesional de la política y ha obtenido títulos académicos que podrían darle más confianza a la ciudadanía porque, al menos, tiene otro perfil por lo cual habría que esperar un mejor país. ¿Cree usted que el primer piso de la transformación es lo que merecen los connacionales? ¿Usted, amable lector está feliz, feliz, como dice López Obrador? ¿Lo deja satisfecho el agonizante sexenio federal?

Tanto a México como a la señora presidenta (con “a”) deberá, en teoría, mejorar en todos los sentidos, pero….!! Está por terminar la enfadosa perorata de campaña morenista encabezada por el tabasqueño desde palacio nacional (y desde antes). Concluyeron los demagógicos discursos de la campaña político electoral que culminó días antes de las elecciones pero que no cambian los discursos y las declaraciones periodísticas de la señora.

En los discursos, luego de recibir su constancia en la sede electoral federal y luego en la (tradicional) pachanga del teatro Metropolitan en CDMX, es clarísimo comprobar que es una calca de lo que dijo y dice el macuspeño. Ojalá y no haya acusaciones de plagio. Ya se esperaba: la continuidad y el continuismo asientan sus “morenos reales” con toda la testosterona y ahora con la progesterona.

Los cambios son para mejorar. No hay pierde, pero si el relevo es gerencial, “maldita sea la cosa”, dice el refrán”. La incómoda dependencia será y de hecho ya lo es, dará un gobierno federal confuso, receloso y con menos resultados postivos porque mientras viva López no dejará de participar sobrepasando la investidura presidencial y a la persona “que tanto quiere y admira”. Pero “hay lobos con piel de oveja”, ¿será el caso con la señora?

Por ahora está coptada porque, por lo menos, la mitad del gabinete son “sugerencias” de López. El resto tuvo de consultarlo. Quien lo niegue padece miopía aguda. Y hasta ahora, doña Claudia “le ha dado por lado” a su “destapador”. Pero el futuro no será halagador para ella. Dependiendo la incursión política del saliente y de su último viaje, la estabilidad podría en el gobierno federal podrían darse paulatinamente, pero mientras unos obedecerán al presidente y otros atiendan –quizá- a la doña.

Y mientras tanto ¿el desarrollo de los programas de obras, servicios, economía, salud, etc., funcionará igual que ahora o peor? Por las barrabasadas que ahora afectan al país, no votaron los mexicanos que hicieron ganar a López; tampoco ahora. La esperanza muere al último y los mexicanos, acostumbrados al paternalismo y los políticos , aferrados al clientelismo, esperan más de los programas de bienestar, lo cual mantendrá a millones de coterráneos más tranquilos. Esto es una bomba de tiempo, en lo económico lo político y en lo social en tanto la gente en el poder seguirá succionando de la ubre presupuestal como “becerro de año”, mientras que la inflación, el bajo poder adquisitivo salarial, los elevados precios de productos y servicios, entre otras afectaciones, seguirá golpeando a la gran mayoría, inundada de sangre, de extorsiones, drogadicción y otras conductas antisociales. ¿Seguirán los abrazos para combatir la violencia?

En el discurso de doña Claudia explota el revanchismo combinado con la motivación electoral. Tiene razón al festejar el empoderamiento de las mujeres, pero en el plano político y del servicio, público ¿habrá agachados? Dicen que en política hombres y mujeres son iguales y con la paridad, más. En su alocución parece llegar a reptar con tanto halago al tlatoani. Ofrece respeto a todos; igual lo ofreció López y ha dicho que “mi no me vengan con que la ley es la ley”. ¿Actuará igual la señora? También “mandará al diablo a las instituciones, o basta con lo que se ha hecho”.

Los mexicanos esperamos una verdadera transformación; democracia y justicia real; que no haya genocidios como ocurrió cuando el Covid mermó la salud de unos y enriqueció a otros; que disminuya al menos, la inseguridad; que acaben con los malandros; que haya abasto de medicamentos, personal, equipo e instalaciones en el sector salud suficientes en espera de la atención como en Dinamarca. La señora ya tiene suficientes recursos para vivir y sobrevivir esta y la siguiente generación por lo que es de esperarse que nos haya cuotas ni cuates que sigan mermando los dineros ciudadanos. Se espera que respete y equilibre el federalismo en lo fiscal, en apoyos de contingencias naturales, etc. Que trabaje en beneficio de la clase trabajadora y empresarial. En campaña sería mucho pedir, pero ahora se debe exigir.

Si doña Claudia cumple al menos con la mitad de lo que ofrece, en verdad será una histórica presidenta y no sólo por la coyuntura, sino por su trabajo. El ser la primera, presidenta de México es anecdótico. En su discurso recordó a Leona Vicario, y a doña Josefa Ortiz, “La Corregidora”, doña Josefa a quien le quitó “el de Domínguez” que era el apellido de su marido. Esto suena a venganza matriarcal. Sin embargo hay que reconocer que la mujer ha destacado en todo. Simplemente al ser Madre, es lo máximo. Ahora la investidura presidencial de México está en la oportunidad de recobrar prestigio mundial. Hasta ahora la burla no ha faltado.

Bueno es recordar la obra teatral “La Señora Presidenta” escrita por el dramaturgo peruano Miguel Gutiérrez. La trama se centra en una mujer que asume la presidencia de un país después de la muerte de su esposo, el anterior presidente. La obra explora temas como el poder, la política, la corrupción y la lucha de las mujeres por el liderazgo en un entorno machista. A lo largo de la historia la protagonista enfrenta desafíos y obstáculos, incluyendo la resistencia de los políticos tradicionales y las expectativas sociales sobre su rol de mujer. La obra es unan sátira política que critica la corrupción y el abuso del poder y destaca la lucha de las mujeres por la igualdad y el reconocimiento en la esfera política. La similitud de esta obra frente a la realidad que ahora vive México, es mera coincidencia? Los mexicanos esperamos resultados no demagogia ni una obra teatral de entretenimiento o de “atole con el dedo”. Y…qué pasa?

Periodista: mjimenezibanez58@gmail.com