Recientemente, se anunció que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador presentaría al Congreso, una reforma en materia electoral; la propuesta electoral de AMLO busca modificar 18 artículos constitucionales y agregar 7 transitorios, con los que se busca sustituir al INE por un organismo llamado Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, reducir el número de legisladores plurinominales en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, además de “hacer más barata la democracia” y ahorrar hasta 24 mil millones de pesos.
Al hablar sobre dicha iniciativa, el presidente expresó su sentir hacia la democracia en nuestro país:
“No creo que haya otro país en el mundo, y es vergonzoso, con más fraudes electorales que México, con más imposiciones, con falta de democracia, con predominio de partidos únicos, con mafias del poder dominando el país y grupos de intereses creados que mandan y deciden, que llegaron al extremo de subordinar a todos los poderes públicos. En la práctica lo he dicho: No había una democracia”
Entre los puntos principales de esta reforma, destacan los siguientes:
● Reducción en el número de diputados y senadores plurinominales.
● Voto electrónico.
● Facilitar la participación de mexicanos que radican en el extranjero.
● Federalización de las elecciones, desaparición de Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) y Tribunales electorales locales.
● Elección ciudadana de Consejeros Electorales.
● Reducción de financiamiento a partidos políticos
● Reducción de presupuesto para realizar elecciones.
Luis Carlos Ugalde, expresidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), declaró que esta reforma representa graves retrocesos y resulta riesgosa:
“La propuesta del presidente parte de un diagnóstico equivocado: que hay una institución electoral, el INE, que está cooptado por neoliberales y quepor lo tanto se ha dedicado a proteger los intereses de las élites y eso lo ha llevado a cometer fraudes. Estoy citando los argumentos del presidente, y que hay que desmontar al INE y devolverlo al pueblo”.
Y es que al igual que con la Reforma Eléctrica y la Revocación de Mandato, el planteamiento de fondo es el mismo: la oposición y las instituciones no están a favor del pueblo y solamente de algunos grupos de élite, se deben quitar privilegios y conseguir que los ciudadanos sean representados de mejor manera y que la democracia sigue siendo la bandera del partido en el poder. Sin embargo, de fondo podemos ver que se trata de una reforma que busca buscar crear las condiciones para la permanencia de Morena en el poder.
¿Por qué presentar la reforma en este momento si el periodo ordinario comienza en septiembre? A pesar de que esta reforma está condenada al fracaso porque no aborda de fondo las problemáticas de nuestra democracia, como por ejemplo una segunda vuelta electoral o la elección directa de los integrantes de los cabildos municipales y no en plantilla, como se acostumbra actualmente, por mencionar solo algunas, el presidente busca que “el pueblo bueno”, como él lo llama, acoja esta iniciativa como algo benéfico para la democracia y que quienes voten en su contra, están por ende en contra de la democracia; igual que con la reforma eléctrica, una narrativa donde el clamor popular se imponga sobre las instituciones, pero ¿le alcanzará a Morena y sus bases? En la última votación realizada en el Congreso de San Lázaro no le alcanzó, habrá que ver cómo se reconstituye el partido después de las elecciones de junio.
Nos leemos la siguiente semana con mejores noticias y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.
* Coordinador del LID Laboratorio de Innovación Democrática.
