/ lunes 30 de enero de 2023

Plan 'B' regreso al pasado

El Presidente López Obrador ha subido el tono de su discurso como estrategia de ataque a una institución que a él le resultó provechosa ya que con ella ganó la elección del 2018.

El Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación respectivamente, organizaron y resolvieron los diferendos de la pasada elección presidencial y permitieron al presidente alcanzar su sueño de Gobernar al País, después de dos intentos.

Pese a los excelentes resultados obtenidos y a que su partido MORENA ha obtenido 22 gubernaturas y Congresos Locales, en las más recientes elecciones, el presidente a toda costa busca modificar la estructura de estas instituciones para regresarlas al pasado en que eran manejadas por el propio gobierno a través de la Secretaría de Gobernación, con el pretexto que las reformas conocidas como "Plan B" tienen como propósito principal la reducción del sueldo de Consejeros y Magistrados con el tapojo de que nadie puede ganar más que el presidente, lo cual es un perfecto sofisma porque hay muchos funcionarios y empleados al servicio del Estado que ganan mucho más que el presidente.

El presidente quiso hacer una reforma completa para reestructurar al Instituto Nacional Electoral, con el firme propósito de volver a acaparar la organización y manejo de las elecciones, como en los tiempos pasados que él tanto critica, pero como no le fue posible, lanzó su "Plan B" vendiéndole la idea a la gente de que se trataba de una reforma legal para disminuir los sueldos de Consejeros y Magistrados, y ahora lo quiere apuntalar la absurda campaña de que las elecciones del 2024 están en riesgo por culpa del INE.

Anteriormente la Secretaría de Gobernación controlaba las elecciones y eso se prestaba a muchos fraudes y a la manipulación de la voluntad electoral.

Muchos críticos el sistema, incluido Andrés Manuel López Obrador, protestaron porque la maquinaria electoral operaba a voluntad del gobernante en turno y querían un organismo independiente; se logró y gracias a eso el propio presidente arribó a Palacio Nacional y 22 de sus incondicionales hoy son Gobernadores.

En una profunda contradicción, el presidente pretende restaurar aquello de lo que tanto se quejaba, volver a tiempos pasados y ampliamente superados, contrasentido que sin embargo en una buena parte de la población encuentra justificación en el supino argumento de la reducción de sueldos de los funcionarios electorales y en un absurdo combate al conservadurismo institucional como lo ha bautizado López Obrador.

Las elecciones del 2018 fueron un ejemplo de un proceso bien organizado, bien cuidado y con excelentes resultados; Gracias al INE y al TRIFE el presidente es hoy lo que es, tiene 22 Gobernadores y Congresos de su partido, y resulta aberrante que a estas alturas alegue procedimientos fraudulentos de dos institutos que le dieron el triunfo, porque de admitir esa falacia, entonces el propio López Obrador no tendría por qué ocupar la Presidencia por haber llegado fraudulentamente a ella.

No nos dejemos engañar. Los ataques al INE y al TRIFE y el "Plan B" muestran solo los rescoldos del profundo resentimiento que guarda el presidente con aquellos a quienes en su propio imaginario concibe como sus adversarios.



El Presidente López Obrador ha subido el tono de su discurso como estrategia de ataque a una institución que a él le resultó provechosa ya que con ella ganó la elección del 2018.

El Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación respectivamente, organizaron y resolvieron los diferendos de la pasada elección presidencial y permitieron al presidente alcanzar su sueño de Gobernar al País, después de dos intentos.

Pese a los excelentes resultados obtenidos y a que su partido MORENA ha obtenido 22 gubernaturas y Congresos Locales, en las más recientes elecciones, el presidente a toda costa busca modificar la estructura de estas instituciones para regresarlas al pasado en que eran manejadas por el propio gobierno a través de la Secretaría de Gobernación, con el pretexto que las reformas conocidas como "Plan B" tienen como propósito principal la reducción del sueldo de Consejeros y Magistrados con el tapojo de que nadie puede ganar más que el presidente, lo cual es un perfecto sofisma porque hay muchos funcionarios y empleados al servicio del Estado que ganan mucho más que el presidente.

El presidente quiso hacer una reforma completa para reestructurar al Instituto Nacional Electoral, con el firme propósito de volver a acaparar la organización y manejo de las elecciones, como en los tiempos pasados que él tanto critica, pero como no le fue posible, lanzó su "Plan B" vendiéndole la idea a la gente de que se trataba de una reforma legal para disminuir los sueldos de Consejeros y Magistrados, y ahora lo quiere apuntalar la absurda campaña de que las elecciones del 2024 están en riesgo por culpa del INE.

Anteriormente la Secretaría de Gobernación controlaba las elecciones y eso se prestaba a muchos fraudes y a la manipulación de la voluntad electoral.

Muchos críticos el sistema, incluido Andrés Manuel López Obrador, protestaron porque la maquinaria electoral operaba a voluntad del gobernante en turno y querían un organismo independiente; se logró y gracias a eso el propio presidente arribó a Palacio Nacional y 22 de sus incondicionales hoy son Gobernadores.

En una profunda contradicción, el presidente pretende restaurar aquello de lo que tanto se quejaba, volver a tiempos pasados y ampliamente superados, contrasentido que sin embargo en una buena parte de la población encuentra justificación en el supino argumento de la reducción de sueldos de los funcionarios electorales y en un absurdo combate al conservadurismo institucional como lo ha bautizado López Obrador.

Las elecciones del 2018 fueron un ejemplo de un proceso bien organizado, bien cuidado y con excelentes resultados; Gracias al INE y al TRIFE el presidente es hoy lo que es, tiene 22 Gobernadores y Congresos de su partido, y resulta aberrante que a estas alturas alegue procedimientos fraudulentos de dos institutos que le dieron el triunfo, porque de admitir esa falacia, entonces el propio López Obrador no tendría por qué ocupar la Presidencia por haber llegado fraudulentamente a ella.

No nos dejemos engañar. Los ataques al INE y al TRIFE y el "Plan B" muestran solo los rescoldos del profundo resentimiento que guarda el presidente con aquellos a quienes en su propio imaginario concibe como sus adversarios.