/ martes 10 de julio de 2018

Medio ambiente: la ausencia del Estado

En 1980 sólo un sector intelectual en Guadalajara se interesó por analizar la profundidad de una película que, si bien holywoodense, planteó el inminente futuro cercano de todas las naciones: “Cuando el destino nos alcance”, filme que mostró las consecuencias de la ignorancia ecológica y mostró ríos y lagos con miles de peces muertos hoy, lamentablemente convertido en una realidad.

Principalmente en México frente al avance mundial en la ciencia para la protección del medio ambiente, que nos coloca como una de las tres naciones con mayor nivel de deforestación en el mundo, además de tener la Cuenca hidrológica más grande del país en un estado de contaminación el cual, a su paso por Jalisco, es considerado –el Lerma-Santiago en El Salto- uno de los más peligrosos del mundo.

Si bien se ha hecho la aprobación y actualización de la legislación aplicable al medio ambiente sano, incluida la propia Constitución de la República que lo elevó a Derecho Humano, lo cierto es que la corrupción, la avaricia de algunos inversionistas inmobiliarios, pero sobre todo la ignorancia nos sigue haciendo rehenes de una creciente contaminación en la que el estado mexicano y el de Jalisco han dejado caer los brazos.

Pese a ello, siguen apareciendo organizaciones civiles y líderes ciudadanos comprometidos con la combinación del valor civil y el conocimiento en este tema antiguamente exclusivo de los biólogos y naturalistas. Además algunos con una manifiesta convicción para encabezar la defensa ambiental en nuestro estado como la maestra Luz María Villarreal de Puga, la cual legó una generación de universitarios que siguen activos en diversos escenarios.

La restauración ambiental del Río Ayuquila con la participación comunitaria y reconocida por las organizaciones ambientales del mundo es un ejemplo de lo que se puede hacer con la participación intermunicipal sin una visión partidista que debe mantenerse ante la amenaza persistente. La defensa que los universitarios hicieron al Estero El Salado en Puerto Vallarta con el doctor Juan Luis Cifuentes es otro ejemplo que se encuentra amagado por la presión inmobiliaria.

La sustentabilidad de los proyectos mejor logrados en Jalisco como las áreas naturales protegidas –la Sierra de Manantlán es un ejemplo-, la Laguna de Zapotlán y otras acciones son la muestra de que, aplicándose el Gobierno Federal y del Estado junto con los municipios, se puede acceder a resultados óptimos.

No obstante, las alarmas del desconocimiento, ineficiencia gubernamental e ignorancia social siguen amenazando depredar áreas tradicionalmente protegidas por las instituciones: La Primavera bajo la presión inmobiliaria, Los Colomos amenazada por unos cuantos pseudoempresarios, las playas de Jalisco invadidas, la fauna ignorada en el paso obligado para no cortar su hábitat y la contaminación de las aguas superficiales como el Lago de Cajititlán, el Río Lerma-Santiago y el río Atemajac -mal llamado canal de Patria-, en el que se pretende repetir el error histórico de los tapatíos al haber entubado aquel río transparente lleno de vida como lo fue el río San Juan de Dios, sumados a las constantes amenazas inmobiliarias del Bosque Nixticuil y El Centinela y la inexistencia de plantas de tratamiento de las aguas residuales, contrastan con los esfuerzos ciudadanos como el de Jaime Eloy Ruiz y Jorge Gastón que han encabezado la protección ejemplar y restauración ciudadana del emblemático bosque pedagógico del agua, alguna vez parte de Los Colomos.

Presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas de Jalisco

carlosm_orozco@hotmail.com

En 1980 sólo un sector intelectual en Guadalajara se interesó por analizar la profundidad de una película que, si bien holywoodense, planteó el inminente futuro cercano de todas las naciones: “Cuando el destino nos alcance”, filme que mostró las consecuencias de la ignorancia ecológica y mostró ríos y lagos con miles de peces muertos hoy, lamentablemente convertido en una realidad.

Principalmente en México frente al avance mundial en la ciencia para la protección del medio ambiente, que nos coloca como una de las tres naciones con mayor nivel de deforestación en el mundo, además de tener la Cuenca hidrológica más grande del país en un estado de contaminación el cual, a su paso por Jalisco, es considerado –el Lerma-Santiago en El Salto- uno de los más peligrosos del mundo.

Si bien se ha hecho la aprobación y actualización de la legislación aplicable al medio ambiente sano, incluida la propia Constitución de la República que lo elevó a Derecho Humano, lo cierto es que la corrupción, la avaricia de algunos inversionistas inmobiliarios, pero sobre todo la ignorancia nos sigue haciendo rehenes de una creciente contaminación en la que el estado mexicano y el de Jalisco han dejado caer los brazos.

Pese a ello, siguen apareciendo organizaciones civiles y líderes ciudadanos comprometidos con la combinación del valor civil y el conocimiento en este tema antiguamente exclusivo de los biólogos y naturalistas. Además algunos con una manifiesta convicción para encabezar la defensa ambiental en nuestro estado como la maestra Luz María Villarreal de Puga, la cual legó una generación de universitarios que siguen activos en diversos escenarios.

La restauración ambiental del Río Ayuquila con la participación comunitaria y reconocida por las organizaciones ambientales del mundo es un ejemplo de lo que se puede hacer con la participación intermunicipal sin una visión partidista que debe mantenerse ante la amenaza persistente. La defensa que los universitarios hicieron al Estero El Salado en Puerto Vallarta con el doctor Juan Luis Cifuentes es otro ejemplo que se encuentra amagado por la presión inmobiliaria.

La sustentabilidad de los proyectos mejor logrados en Jalisco como las áreas naturales protegidas –la Sierra de Manantlán es un ejemplo-, la Laguna de Zapotlán y otras acciones son la muestra de que, aplicándose el Gobierno Federal y del Estado junto con los municipios, se puede acceder a resultados óptimos.

No obstante, las alarmas del desconocimiento, ineficiencia gubernamental e ignorancia social siguen amenazando depredar áreas tradicionalmente protegidas por las instituciones: La Primavera bajo la presión inmobiliaria, Los Colomos amenazada por unos cuantos pseudoempresarios, las playas de Jalisco invadidas, la fauna ignorada en el paso obligado para no cortar su hábitat y la contaminación de las aguas superficiales como el Lago de Cajititlán, el Río Lerma-Santiago y el río Atemajac -mal llamado canal de Patria-, en el que se pretende repetir el error histórico de los tapatíos al haber entubado aquel río transparente lleno de vida como lo fue el río San Juan de Dios, sumados a las constantes amenazas inmobiliarias del Bosque Nixticuil y El Centinela y la inexistencia de plantas de tratamiento de las aguas residuales, contrastan con los esfuerzos ciudadanos como el de Jaime Eloy Ruiz y Jorge Gastón que han encabezado la protección ejemplar y restauración ciudadana del emblemático bosque pedagógico del agua, alguna vez parte de Los Colomos.

Presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas de Jalisco

carlosm_orozco@hotmail.com