Un nuevo sexenio ha comenzado en México, y no obstante la esperanza que debiera generar el inicio de un nuevo gobierno en el país, encabezado por primera vez en la historia por una Mujer, lo cierto es que la herencia del sexenio lopezobradorista sólo deja una estela de retos que nublan un futuro optimista para nuestro país.
¿Qué país recibe la nueva mandataria mexicana? Recibe, en primer lugar, un México violento y secuestrado por la delincuencia. El sexenio que ha concluido, el de Andrés Manuel López Obrador, ha sido el más violento de nuestra historia, con más de 200 mil homicidios.
Cómo lo reportan diversos medios, las primeras 72 horas de Claudia Sheinbaum en el poder incluyeron la bienvenida a la cotidianeidad del desastre que heredó su antecesor: En su primer día hubo 80 homicidios dolosos; en el segundo 85. Y en su tercer día, Chiapas vivió una tragedia en la que presuntamente dos soldados privaron de la vida a cuatro inmigrantes e hirieron a doce más.
Lo anterior nos muestra una vez más, que necesitamos con urgencia un cambio en la estrategia de seguridad. La política de abrazos a criminales y narcotraficantes ha demostrado ser ineficaz y ha dejado al país en manos de la violencia y la inseguridad.
Pero la crisis no se limita a la violencia. El crecimiento económico ha sido el más bajo en 36 años, lo que ha generado que millones de mexicanos sigan viviendo en la pobreza. El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas nos alerta que la economía mexicana tiene un estancamiento generalizado, al interpretar sus indicadores mensuales adelantados.
Más de 50 millones de personas siguen sin acceso a la salud. Y en la educación, la situación es igualmente alarmante, con 25 millones de personas en rezago educativo.
El sexenio de López Obrador estuvo marcado por el nepotismo, la corrupción y los constantes conflictos de interés, a pesar de las promesas de erradicarlos. Las violaciones al Estado de Derecho, a la democracia y a la división de poderes, así como los ataques a los órganos autónomos e instituciones fueron una constante durante el gobierno anterior.
México es un país dividido, donde los odios, la intolerancia y el ataque a quienes piensan distinto, siguen surgiendo desde diferentes instancias públicas. Hoy, pareciera que la dignidad de un mexicano se tasa en unos cuantos miles de pesos.
Ante este difícil panorama, Acción Nacional seguirá siendo una voz crítica cuando sea necesario, pero siempre con el interés de proponer y construir soluciones que beneficien a todos. Por ello, esperamos que este nuevo gobierno esté a la altura de los desafíos y sea capaz de rectificar los errores del pasado.
En Acción Nacional, estamos convencidos que los mexicanos merecen un futuro mejor, uno en el que las decisiones políticas estén guiadas por el bienestar de la gente y no por intereses personales o partidistas. Nuestro compromiso es claro: construir un México más justo, solidario, seguro y próspero para todos.
