Ayer se apagaron las luces de la mañanera en Palacio Nacional, el mensaje del Presidente López Obrador del Voto por Voto, casilla por casilla en el caso Jalisco, bajó el telón como lo inició en su carrera a la presidencia en el llamado fraude electoral de Felipe Calderón. Ayer, con la presentación del primer escuadrón del gabinete de Claudia Sheinbaum y la posición cedida a Marcelo Ebrard, como Secretario de economía, el camino de la presidenta electa genera cierta autonomía y visos de un rumbo diferente. Quienes han estado cerca de la ganadora de la elección del 2 de junio pasado y que han analizado sus discursos, advierten que será un sexenio de centro izquierda y no de una extrema izquierda como lo propuso de entrada el actual presidente y que generó más divisiones que encuentros y que deja una herencia de pendientes que tendrán que ser sustentados en el menor tiempo posible y con una administración de presupuesto.
El presidente López Obrador aceptó que deja problemas y asentó en una mañanera que: “se han sentado las bases para enfrentar esos grandes y graves problemas que tiene México”. En el caso del IMSS Bienestar, la Presidenta tendrá que consolidar el proyecto que, no sucederá en la promesa de aquél Dinamarca que no conoce el Presidente, y que aseguraba advertía como el modelo de la mejor atención de la salud en el mundo. En el caso de las Mega Obras, muchas de ellas con contratos asignados y promesas de pago hasta terminarse y que estarán presupuestadas todavía para la siguiente administración, la Dra. Sheinbaum ofreció consolidarlas; El tren maya, el tren interoceánico, el aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería dos bocas, todo esto planteado en lo que fue la presentación de su proyecto de nación en el zócalo de la ciudad de México.
En el caso del tren maya, le tocará construir el tren de carga que ira por la misma ruta que el tren de pasajeros, con relación al tren interoceánico, tiene la consigna de construir la línea K, que llega hasta Chiapas, además ofreció no sólo mantener las refinerías, sino que destinará presupuesto, ciencia y tecnología para modernizarlas, agregando nuevamente una apuesta por el área de la petroquímica y la fabricación de fertilizantes. En el caso de dos bicas, el reto de más impacto es lograr que produzca a su máxima capacidad en poco tiempo.
La comunicación ferroviaria será también parte de su marca propia, si bien en el inicio de la era Lópezobradorista existía esa visión, lo cierto es que a ella le tocará unir más destinos en el otro México que no es parte del sureste, así como la urgente necesidad de modernizar los puertos que también necesitarían una mejor administración y reingeniería.
Tendrá que, en su secretario o secretaria de seguridad enderezar el camino y reorientar la vocación de los miles de elementos de la Guardia Nacional, cuya presencia ha sido más cuestionada que agradecida en los puntos más violentos del país, y donde por cierto, algunos de los uniformados ya se encuentran en manos de la justicia, sea por excesos o vinculados a homicidios como ha sido el caso de León, Guanajuato.
De correos de México, por ejemplo no hay discurso ni tampoco propuesta, esa magnífica oportunidad de tener un servicio de mensajería con puntos y oficinas en todo el país y que puede ser llave en mano para convenios de entrega con las principales aplicaciones de venta en línea, así como competencia misma de empresas de mensajería, pero que no ha sido vista con ese punto incluso de negocio gubernamental a corto plazo.
El arranque no será fácil, pues aún faltan esas entregas que tienen letras chiquitas y que “amarran” las manos, que dan protección a contratistas y proyectos caros y malos, habrá entonces que vigilar qué tanto se pone orden en todo aquello que se comenzó a hacer y que no ha tenido un final determinado, pausas de millones en pérdidas y un sinfín de sin ideas que están en obra negra.