/ martes 14 de noviembre de 2023

Los datos personales de la comunidad LGBTTTIQ+: Caso Ociel Baena


Cuando hablamos de la teoría de los niveles de protección de los datos personales, suele mencionarse de la existencia de tres: bajo, medio y alto. En el primer nivel, encontramos datos identificativos como nombre, domicilio y teléfono. En el segundo nivel, los datos relacionados con la vida académica, patrimonial, de tránsito y movimientos migratorios. Y en el nivel alto, se encuentran los datos personales sensibles y los sensiblísimos, éstos últimos son considerados por algunas personas expertas en privacidad, pero no están considerados en las leyes en la materia.

¿De qué depende que los datos formen parte de alguno de los niveles? Del grado de afectación a la privacidad, pero especialmente, del grado de discriminación que pueda generarnos su conocimiento público. Por ejemplo, si bien me puede causar afectación que alguien conozca mi número de teléfono celular, no implicará lo mismo que se difunda, por ejemplo, mi expediente médico. De acuerdo con la Ley General de Protección de Datos, en su artículo 3, fracción X, lo son de manera enunciativa más no limitativa: el origen racial o étnico, estado de salud presente o futuro, información genética, creencias religiosas, filosóficas y morales, opiniones políticas y preferencia sexual.

Quizá, si viviéramos en una sociedad tolerante y respetuosa de la forma de ser y pensar de cada persona, no existiría esta categoría de protección a los datos, pero eso es una utopía. Sin importar su nivel de protección, todos los datos deben protegerse, pero éstos de forma muy especial, porque revelar cualquier información del catálogo referido, puede costarnos el trabajo, someternos a situaciones de acoso, bullying, y lamentablemente, la vida.

Mucha gente de la comunidad LGBTTTIQ+, prefiere no revelar dicha condición y datos, porque la ponen en situaciones de desventaja y discriminación. Pero algunos otros integrantes LGBTTTIQ+ sí lo hacen por variadas razones, y una de ellas es la de visibilizar su existencia y su lucha social. El día de hoy, tristemente una persona de dicha comunidad perdió la vida. Hasta el momento se presume un crimen de odio en diversos medios de comunicación.

Una forma de conmemorar la lucha de esta comunidad, es mediante la protección de sus datos personales. Si tu empresa o institución pública tiene bajo su resguardo datos personales sensibles, resulta urgente y apremiante que fortalecer todas las medidas de seguridad, a efecto de que las personas titulares de los datos no sufran ningún tipo de discriminación ni sus consecuencias.

Maestra en Transparencia y Protección de Datos Personales*

@NataliaMese


Cuando hablamos de la teoría de los niveles de protección de los datos personales, suele mencionarse de la existencia de tres: bajo, medio y alto. En el primer nivel, encontramos datos identificativos como nombre, domicilio y teléfono. En el segundo nivel, los datos relacionados con la vida académica, patrimonial, de tránsito y movimientos migratorios. Y en el nivel alto, se encuentran los datos personales sensibles y los sensiblísimos, éstos últimos son considerados por algunas personas expertas en privacidad, pero no están considerados en las leyes en la materia.

¿De qué depende que los datos formen parte de alguno de los niveles? Del grado de afectación a la privacidad, pero especialmente, del grado de discriminación que pueda generarnos su conocimiento público. Por ejemplo, si bien me puede causar afectación que alguien conozca mi número de teléfono celular, no implicará lo mismo que se difunda, por ejemplo, mi expediente médico. De acuerdo con la Ley General de Protección de Datos, en su artículo 3, fracción X, lo son de manera enunciativa más no limitativa: el origen racial o étnico, estado de salud presente o futuro, información genética, creencias religiosas, filosóficas y morales, opiniones políticas y preferencia sexual.

Quizá, si viviéramos en una sociedad tolerante y respetuosa de la forma de ser y pensar de cada persona, no existiría esta categoría de protección a los datos, pero eso es una utopía. Sin importar su nivel de protección, todos los datos deben protegerse, pero éstos de forma muy especial, porque revelar cualquier información del catálogo referido, puede costarnos el trabajo, someternos a situaciones de acoso, bullying, y lamentablemente, la vida.

Mucha gente de la comunidad LGBTTTIQ+, prefiere no revelar dicha condición y datos, porque la ponen en situaciones de desventaja y discriminación. Pero algunos otros integrantes LGBTTTIQ+ sí lo hacen por variadas razones, y una de ellas es la de visibilizar su existencia y su lucha social. El día de hoy, tristemente una persona de dicha comunidad perdió la vida. Hasta el momento se presume un crimen de odio en diversos medios de comunicación.

Una forma de conmemorar la lucha de esta comunidad, es mediante la protección de sus datos personales. Si tu empresa o institución pública tiene bajo su resguardo datos personales sensibles, resulta urgente y apremiante que fortalecer todas las medidas de seguridad, a efecto de que las personas titulares de los datos no sufran ningún tipo de discriminación ni sus consecuencias.

Maestra en Transparencia y Protección de Datos Personales*

@NataliaMese

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