Considero conveniente analizar el papel del Sistema Endocrino- Inmune, ante la Evolución de la Pandemia del Coronavirus.
Indudablemente que el Sistema Inmunológico existente en cada persona y que comprende dos capítulos, “el Humoral y el Celular,” es decir la formación de Auto anticuerpos en el primer caso que se unirán y neutralizaran al Antígeno especifico (substancia tóxica ) y la actividad de células específicas, preferentemente Linfocitos (glóbulos blancos y células plasmáticas)que, transportados vía sanguínea o linfática llegaran al sitio donde se ubica el agente causal ( substancia o agente infeccioso como Virus, Bacteria, Hongo, etc.), para destruirlo.
Por supuesto que la Vacunación interviene muy activamente activando este Sistema de Defensa, pero es sumamente importante entender y aceptar, “QUE ESTA NO EVITA EL CONTAGIO O INGRESO DEL VIRUS,” solo nos ayuda a evitar que la Infección Viral se agrave.
Las funciones del cuerpo humano se hallan en un delicado estado de equilibrio que dependen principal, pero no únicamente, de tres sistemas regulatorios básicos que son” el sistema nervioso central, el endocrino y el inmune,” hallándose permanentemente bajo estímulos desequilibrantes provenientes del interior y exterior o estrés. Uno de los insultos más frecuentes de la homeostasis o equilibrio, lo constituyen las enfermedades infecciosas, que producen en los infectados graves, una serie de desarreglos metabólicos y endocrinos. En respuesta al estrés infeccioso se desencadena, entre otros, la activación del eje hipotálamo–hipofisario– suprarrenal, el cual se asocia a la liberación de la hormona liberadora de corticotropina del hipotálamo (HACT), hacia el sistema portal hipofisario. La liberación de la corticotropina de la hipófisis hacia la circulación sanguínea estimula a su vez a la “corteza de las glándulas suprarrenales” a liberar las hormonas glucocorticoides. “(Cortisol).”
Simultáneamente, el estrés induce la activación del sistema nervioso simpático, lo que conduce a la liberación de las hormonas “catecolaminas” de las terminales nerviosas autonómicas y de “la médula de las glándulas suprarrenales.” La interacción entre el sistema neuroendocrino y el sistema inmune tiene uno de sus mejores ejemplos en los efectos inmunosupresores de los glucocorticoides, aunque actualmente se sabe que la interacción es bidireccional. Sin embargo, la interacción entre el estrés, el sistema endocrino y el sistema inmune está bien establecida.
Las hormonas hipotalámicas e hipofisiarias, tienen propiedades inmunopotenciadoras y proinflamatorias. Así, los glucocorticoides influencian en el tránsito de leucocitos y otras células del sistema inmune, inhibiendo la acumulación de células a nivel del sitio inflamatorio, y reduciendo el número de linfocitos, monocitos y eosinófilos circulantes (Glóbulos Blancos), por estimulación de la muerte apoptótica (Destrucción Celular) de las mismas. Pero a su vez, diferentes “Citosinas “producidas en las células no inmunes o inmunes activadas (inmunidad innata y adaptativa) son capaces de modular la actividad del eje Hipotálamo-Hipófisis-Suprarrenal, (tanto a nivel del Hipotálamo y Glándula hipófisis, como de Glándulas Suprarrenales)
En el Organismo, los sistemas nervioso, endocrino (hormonal) e inmunitario son capaces de entenderse y comunicarse a diario, a través de sus mensajes (substancias neurotransmisoras, hormonas y citoquinas), para mantener la homeostasis o equilibrio corporal.
Papel del Estrés:- Cuando una situación de estrés se mantiene de forma crónica, se perjudica la capacidad inmune y se desequilibra la situación hormonal de la persona. De manera general, el estrés “produce en las células un envejecimiento prematuro.” El aumento de cortisol (hormona que se segrega en casos de estrés), disminuye la eficacia de los linfocitos T, dando lugar a una situación de debilidad inmunológica que puede hacer recaer al paciente en enfermedades de naturaleza inmune.
Las mujeres resisten mejor los virus gracias a su sistema inmune y endocrino. (Hormonas Estrogénicas).
Por todo lo expuesto anteriormente, es evidente la importancia de realizar una valoración global del individuo, en cada caso para poder establecer una estrategia que permita recuperar el equilibrio desde todas las perspectivas. Además, esa visión integral nos ayudará a ir más allá de los síntomas, y analizar las causas que pueden haber desencadenado el trastorno a nivel orgánico.
Médico jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”
Profesor Honorario de la Clínica de Endocrinología en la Carrera de Medicina del CUCS de la UDG
E-mail: hegovidrio@hotmail.com