El estado mexicano todavía posee un excelente marco constitucional y legal, lo lamentable es la actitud del presidente de la República, de todos los medios de comunicación y de un gran sector de la población, de presumir y reconocer cuestiones jurídicas inexistentes, como lo es, el de declarar que desde el dos de junio, Claudia Sheinbaum Pardo, resulto electa como presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, lo que es verdaderamente lamentable, toda vez de que, aun está vigente la constitución política y muy en lo especial el articulo 99 fracción II, párrafo segundo, el cual establece que la institución indicada para hacer la declaración de validez y de la elección de un candidato que obtuvo la mayoría de votos, es facultad exclusiva del tribunal superior electoral de la federación, estando debidamente integrado, por lo menos con seis de los siete magistrados que lo componen y que a la fecha el senado de la república, no obstante de tener las propuestas suficientes, por parte de la suprema corte de justicia, de candidatos para ser electos como magistrados, dos de los mismos y que irresponsablemente o de muy mala fe, no los han designado para completar el número de siete, toda vez de que, a la fecha solamente están en funciones cinco, lo que inhabilita a esa institución para cumplir con el mandato constitucional de hacer la declaratoria antes mencionada y desde luego, previo a resolver los recursos, quejas y denuncias que se hubieran presentado durante la secuela del proceso electoral.
Por todo lo anterior, resulta lamentable, en principio, la arbitrariedad del actual presidente de la república e injustificado que los medios de comunicación y demás sectores de la población, afirmen algo inexistente a la fecha, de acuerdo a lo mandatado en el máximo código nacional y a la vez, por otros sectores de la sociedad, solamente se descalifique el proceso electoral y no reclame la observancia y cumplimiento de la constitución, al margen de los innegables vicios que existen en la operación de todo el proceso electoral, por la injustificada tolerancia de la autoridad electoral en la fiscalización estricta del gasto de campaña de los contendientes y lo mas desastroso, la tolerancia de la violencia y la impunidad de tantos homicidios y demás crímenes que se cometieron, que en estricto derecho podría llegarse a concluir hasta la nulidad parcial o total del mencionado proceso.
Es la actitud de todos los sectores de la sociedad y de las autoridades, mas que la aptitud lo reprobable en tan trascedente evento histórico de la patria, tanto por su magnitud como por su objetivo.
Vamos mexicanos, por un mejor país, sin consentir ningún ápice de todo aquello que trastoque nuestro marco constitucional y legal.
A saber, el mundo entero, que los mexicanos no consentiremos ni toleraremos lo que atenta contra nuestro marco jurídico, que ofende a nuestra dignidad y traiciona a la patria y esta lo vale.
Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Publica de la División de Estudios Jurídicos de la U de G.*
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