Está aprobada la reforma que permite a la Secretaría de Seguridad investigar delitos y le hace coordinadora de la recolección de inteligencia a nivel nacional, fijando un elemento más de los necesarios para un cambio en la gestión de la seguridad.
El secretario Harfuch tiene la tarea de centrar la labor policial en dirigir investigaciones sólidas, contribuyendo a que no se hacer espejo del lento accionar de la Fiscalía General de la República en casos de alto perfil. Algunas detenciones en las semanas pasadas en las la SSPC coordinó demuestran que, en principio, romper esa tendencia es posible.
¿En qué consiste la diferencia que se quiere marcar? La recolección de inteligencia en México tradicionalmente está centrada en la inteligencia naval y militar, para la ejecución de operativos e intercepciones de comunicaciones para la detección de generadores de violencia. Dirigida de manera distinta, la recolección de inteligencia permitirá comenzar a tener casos sólidos que, con un sistema de justicia depurado a través de la elección directa de jueces, pueda finalmente llegar a condenar a blanqueadores de capitales. La detención de un blanqueador de dinero extranjero en la Ciudad de México y su subsecuente extradición deberían ser el modelo para ello, aunque la segunda sala de la Suprema Corte haya dificultado con sus fallos que esto suceda en el futuro.
Las Unidades de Inteligencia Financiera que hay en los estados de la república saben lo difícil que resulta esta coordinación tripartita entre UIPES, seguridad pública y fiscalías. Una recolección de inteligencia de la mano de facultades de investigación puede completar al fin el objetivo de la explotación de la inteligencia financiera recolectada. Eso sí podría marcar una diferencia.
Además, es alentador escuchar que la presidenta exigirá de las Fiscalías estatales información más desagregada y de mayor calidad. La georreferenciación de los delitos reportados por las Fiscalías permitirá una mayor comprensión de los equilibrios macrorregionales de la violencia organizada. Además, dificultará en alguna medida el oscurecimiento de las dinámicas regionales que los gobiernos de los estados niegan o incluso, desconocen. Plataforma México debe graficar una gran red de delitos, no solo debe ser una base de datos que se consulta para revisar si alguien tiene una orden de aprehensión. Los cambios que se plantean para Plataforma México son buenos e incluso se dijo que se haría pública al menos una parte de los datos, lo que es una buena salvaguarda contra los excesos que se cometieron en el pasado con la gestión de la tecnología policial y de vigilancia que tenía el Estado Mexicano. Estos datos más precisos pueden fortalecer el combate a los delitos de alto impacto. La CONASE es un buen ejemplo de los resultados que da explotar la inteligencia recolectada para delitos de alto impacto que no están relacionados con el tráfico de drogas.
En suma, la seguridad que viene tiene un talante distinto y la coordinación de la SSPC para juntar las piezas que se dispusieron el sexenio pasado podría resultar mucho más eficiente que dejar el mando de las investigaciones a la FGR y al Ministerio Público, con los resultados que todos conocemos. Tal vez el único factor imponderable será el papel que hará Marco Rubio y potencialmente un nuevo embajador estadounidense. Mientras el secretario Harfuch no ceda y sostenga firmemente la postura de no subordinación que la Presidenta Sheinbaum enunció ante las críticas trasnochadas del embajador Ken Salazar, podemos decir que habrá espacio de ejecutar el modelo de la seguridad que viene.