Fue a mediados del 2005 cuando Vicente Fox Quezada, siendo presidente de la república, decidió construir una presa en los poblados alteños de Jalisco de Temacapulín, Acasico y Palmarejo. A este proyecto se le denominó la presa “El Zapotillo” consistente en abastecer de agua al estado de Guanajuato, de donde es justamente el expresidente, el problema es que el tema nunca fue socializado con los ciudadanos de Jalisco, según notas periodísticas, en un inicio se pretendía hacer un acueducto de 130 kilómetros que llevaría agua al estado vecino y sería privatizado por los prianistas a empresas del corredor industrial Silao-León. Al mero estilo neoliberal y clasista, entregar a particulares la explotación de servicios públicos, a costa del pueblo.
Así surgió el movimiento de las y los pobladores alteños de Jalisco, una lucha que duró casi 20 años, cuya resistencia soportó la traición de tres gobernadores: uno del PAN, otro del PRI y finalmente el de Movimiento Ciudadano. Todos prometieron soluciones y jamás las dieron, por el contrario, se derrocharon millones y millones de pesos de los jaliscienses, el ejecutivo estatal a lo largo de los años sostuvo el proyecto y la idea de inundar dichas comunidades. Tampoco fue el Poder Judicial de la Federación (que hoy yace en paro nacional “ocupado” en la defensa de sus privilegios) quien evitó el problema, en pírrica sentencia se pronunció sobre el tamaño que debería de tener la cortina de la presa que inundaría Temacapulín, Acasico y Palmarejo, por años los gobiernos estatales los dejaron sin servicios básicos como médicos para centros de salud, maestros para las escuelas, obligando a vender sus propiedades y poco a poco la salida de sus pobladores frenando el crecimiento y bienestar de niñas, niños y jóvenes y la tranquilidad y la paz de adultos mayores que tuvieron que dejar sus casas para encabezar una lucha de años.
El pueblo ganó, salió victorioso, ellas y ellos que lucharon hombro con hombro contra poderosos intereses políticos, desafiando el poder económico disfrazado de prosperidad, sin olvidar que en el camino perdieron la fe en los políticos de siempre. He de contarles que cuando a una servidora le tocó fungir como delegada de Bienestar en la zona alteña, atendí las causas de los pobladores miembros del Comité de Defensa de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, de grupos estatales en defensa del agua y sobre todo de las mujeres que fueron quienes más lucharon por la causa y que dicho sea de paso en la presente legislatura fueron galardonadas en el Congreso del Estado con el reconocimiento Hermila Galindo por la lucha y determinación. De tal forma que no dudé en involucrarme en la causa, así lo hizo la Cuarta Transformación, así lo hizo Andrés Manuel López Obrador.
Los neoliberales mantendrán su narrativa que justifica su indolencia y el desdén al pueblo de Jalisco, pero, lo que es real, es que fue Andrés Manuel López Obrador el primero que se comprometió en una gira con las y los habitantes de Temaca, Acasico y Palmarejo donde les dio su palabra que de llegar a la Presidencia sus pueblos no se inundarían.
Ya como Presidente, fue él quien ordenó replantear el proyecto hídrico de la presa El Zapotillo, siempre con el fin de rescatar y regresar los bienes al pueblo. En noviembre de 2022 el presidente del humanismo mexicano anunció un plan de justicia para las y los pobladores, pero también, modificó el proyecto para beneficiar a la Zona Metropolitana de Guadalajara, si, fue el generoso Tabasqueño quien mostró interés por nuestro estado garantizando el abastecimiento de agua, sin permitir injusticias y con la forma en la que nos enseñó a trabajar: gobernar obedeciendo la voluntad del pueblo.
El pasado sábado 17 de agosto fue inaugurada la presa por el presidente Andrés Manuel López Obrador acompañado de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, como testigo, fue invitado el Gobernador de Jalisco quien padeció la incómoda pero sentida manifestación por parte de los pobladores de Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
El presidente cumplió su palabra, hoy el plan de justicia ha dotado de comunicación, infraestructura y sobre todo dignidad a Temacapulín hoy convertido en pueblo mágico, larga vida a los héroes de estos pueblos, gracias por su lucha que es ejemplo para toda la nación.