/ lunes 14 de octubre de 2024

Érase una República

Hasta el año 2018 existió el estado mexicano que,conforme a la teoría del estado, estaba compuesto de territorio, pueblo y gobierno, a costa de mucha sangre derramada por hombres y mujeres ilustres que hicieron posible la constitución de ese estado mexicano debida e históricamente constituido.

A partir del primero de diciembre de 2018, fecha en que toma posesión del cargo del Poder Ejecutivo del país, Andrés Manuel López Obrador, ante la representación supuestamente del pueblo mexicano,que de acuerdo a la constitución política vigente, en ese momento así era y ante la cual, tal ejecutivo esbozó una de las más dolosas y perversas mentiras al manifestar que protestaba cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, palabra que nunca cumplió, misma que para el pueblo de México, tiene la categoría de un juramento y que con la más inmoral desfachatez un día dijo “…no me vengan con que la ley es la ley…” que solamente a un pueblo tibio y descastado, un traidor de ese tamaño se atreve a cometer semejante atrocidad jurídica, que desde luego, por contar durante toda su administración con un poder legislativo sometido y cobarde, que jamás se atrevió a intentar la más elemental acción de reprobar, descalificar o desconocer tan soberbia y arrogante conducta, de quien se dijo respetar al pueblo que con migajas del mismo, bimestralmente le lanzaba mediante la farsa del “bienestar” unas cuantas monedas que a los más miserables, moralmente hablando, convenció, engatusó, chantajeó y humilló de tal suerte de decirles que solo los pobres lo seguían, porque eran sus mascotas a las que manipulaba a su capricho, al grado tal que el dos de junio del año aun en curso, con el engaño de regalarles algunos pesos para su subsistencia, aunque los dejó sin medicamentos, seguridad y educación, pero con una gavilla de consejeros del Instituto Nacional Electoral de la más alta inmoralidad, deshonestidad, incongruencia y desvergüenza, en conjunto de los deshonestos,cobardes, agachones, inmorales y cómplices que integran el Tribunal Federal Electoral, le hicieron posible continuar su mandato sexenal como presidente de la república, en las faldas de una mujer “inpoderada” que no cuenta ni con la cámara de senadores, ni de diputados, ni con el partido político que la hizo acceder al cargo de presidenta de la República, como operador fundamental de semejante fraude electoral que hoy 30 de septiembre, al asumir el cargo como presidenta de la República, la señora Claudia Sheinbaum Pardo, culmina su más grande obra fraudulenta electoral frente a un Congreso de la Unión, producto de la más asquerosa política mexicana, mediante la cual se accede al poder público y político de este país.

Solo falta, hasta el momento, que quienes están al frente del Poder Judicial de la Federación claudiquen a tan decoroso, honroso, dignificante y valioso cargo de juzgadores responsables del estado de derecho, que no se atrevan a declarar las pretendidas reformas constitucionales que en estricto derecho, son totalmente improcedentes, en particular las relativas al Poder Judicial de la Federación y la de los estados,que en principio la improcedencia de tal reforma impide lo dispuesto por el articulo primero de la Constitución que “obliga a todas las autoridades a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. A lo que el estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos en los términos que establece la ley”, así como el derecho a la educación, salud ytrabajo, y por tales disposiciones que por más que pretendan torcerlas para satisfacer a un descastado y locuaz que propuso tantas y tan incongruentes,ilegales, absurdas, improcedentes, desquiciadas ysoberbias iniciativas que llevan al país del pueblo nunca antes visto tan agraviado, destruido y descompuesto estado de cosas donde los mercenarios senadores y diputados federales, sin el más elemental principio de honestidad, congruencia, honor y dignidad, han violentado tanto a la soberanía nacional como de los estados y municipios, que desafortunadamente quienes integran las mayorías de los congresos locales, que ni idea tienen de lo que es un parlamento y solamente atienden las ordenes de quienes les han permitido acceder al poder mediante la más inefable corrupción que siempre se reclamó al pasado y que hoy se fortaleció al cambiar ordenes de aprensión por votos, senadurías, diputaciones, alcaldías, gobernaturas y senadurías.

A este tan llevado y traído pueblo, que en los últimos años le ha costado más de doscientos mil homicidios, cien mil desapariciones, ochocientos mil muertos por pandemia, una deuda de más de nueve billones de pesos y que para superar este estado desastroso en que se encuentra el territorio nacional, todos los sectores de la población y en principio el gremio de los abogados, así como el resto de los sectores, en todas las ciencias y artes, los empresarios, obreros, artesanos, artistas, adultos mayores, jóvenes y sin distinción de géneros, nos debemos de sacudir la cobardía, irresponsabilidad, deshonestidad, inmoralidad, deshonra para enfrentar esta infame realidad y salgamos de este abismo en que nos ha dejado quien el día de mañana por suerte, legalmente carece de toda autoridad para mandar en cualquier rubro del gobierno y en todos los niveles de la administración pública.



Guadalajara, Jalisco.

MTRO. LUIS OCTAVIO COTERO BERNAL.

locb15@hotmail.com