Estamos viviendo momentos únicos en nuestro país, la aprobación de la Reforma al Poder Judicial ha mostrado nuevamente un país divido, polarizado y no solamente a la población, sino a los poderes públicos.
Por un lado tenemos al Poder Ejecutivo totalmente de acuerdo con las y los diputados y senadores de Morena y sus aliados y por otro lado tenemos al Poder Judicial defendiéndose de una posible reforma en la que dependen de las y los 43 senadores de oposición, es decir, del PRI, del PAN y de MC.
La responsabilidad que tienen estos 43 personajes es clave para el desarrollo democrático del país, por lo mismo en los últimos días se les ha preguntado directamente, vía redes sociales y a través de los medios de comunicación, el sentido de su voto en la Reforma al Poder Judicial.
Sin duda, hay muchos perfiles que pudieran tener investigaciones, deudas o cuestiones complejas en su actuar político o que simplemente quieran garantizar su próximo cargo público, pero eso no debería ser la base de la negociación, el legislativo debería hoy estar buscando acuerdos, con información, datos, argumentos y poniendo el bien del país por encima de los intereses personales.
El senador o senadora que pueda otorgar el voto número 86 a la Reforma, no pagará la factura directamente, será el Partido Político que lo postulo quien se responsabilice y pague los platos rotos, es decir, el PRI, el PAN o MC, podrían estar cavando su tumba si de sus filas sale ese voto, ¿porqué? Porque sería el discurso perfecto para los otros partidos.
Si el voto sale de MC, será un ejemplo perfecto para que el PRI y el PAN asuman una narrativa o discurso en el que confirmen que MC no se sumó al Frente Amplio por México porque estaba de lado de MORENA y viceversa, si el voto sale del PRI o del PAN, Movimiento Ciudadano podrá decir, “ellos siguen siendo lo mismo, le hicieron el juego a Morena y por eso decidimos ir solos en las últimas elecciones”, pero sin duda, ese podría ser el fin de algún partido político, por lo que la Reforma al Poder Judicial, no solo pone en duda la llegada de inversiones, la estabilidad económica, la certeza jurídica, sino que también podría poner en riesgo el futuro de algún partido político.
Tenemos que estar muy atentos, porque ese voto 86 será clave para el futuro de muchos temas y sobre todo clave para el país y sus relaciones diplomáticas y comerciales con sus principales socios.
