/ lunes 28 de octubre de 2024

El Espectador / No son terroristas, pero quieren matarte en México como si fueran

La detención de tres personas originarias del estado de Jalisco podría haber sido la causa que originó que dos coches bomba fueran dejados y detonados en los municipios de Jerécuaro y Acámbaro, dio a conocer el secretario de Seguridad y Paz del estado de Guanajuato, Juan Mauro González Martínez, reporta El Sol de Irapuato.

En entrevista en Guanajuato capital, explicó que tres personas fueron detenidas en Acámbaro cuando conducían un tráiler con objetos presuntamente robados e ilícitos y ese mismo día de la detención, por la tarde, tanto la presidenta municipal, Claudia Silva Campos, como el secretario de Seguridad de ese municipio fueron amenazados.

Reportes de inteligencia militar, en poder de este reportero, indican que en México, aunque no se ha reportado una amenaza terrorista formal en el territorio, la violencia extrema y el uso de artefactos explosivos improvisados por parte de grupos delictivos han generado percepciones similares al terrorismo en la ciudadanía.

Es lo que pasa en estos días en Guanajuato, aunque las autoridades oficialmente digan que no pasa nada y que los mexicanos estamos tranquilos como si nada pasara.

“El terrorismo es una estrategia racional elegida por una organización para perseguir sus objetivos políticos de oposición a un gobierno y provocar un cambio en el balance de poder”, dice la introducción de un texto que aborda esta problemática, vista y desmenuzada desde la Secretaría de la Defensa Nacional, la Sedena.

¿Qué buscan los actores insurgentes que usan el terrorismo?, pregunta el autor del documento. Y responde que el efecto estratégico es la capitulación política directa tras un ataque. Provocación: sobrerreacción del estado contra la población, consiguiente deslegitimación, e incremento de apoyo popular a la oposición. Deslegitimación directa: instigación del caos, representación del gobierno como incapaz de proveer seguridad, apoyo a insurgentes como alternativa.

Esto, lo tienen claro en el gobierno, está pegando como terrorismo, aunque digan que no lo es. Desde el interior de los grupos de inteligencia se advierte.

Desde mayo del 2006, hay que recordar, el gobierno mexicano creó el Comité Especializado de Alto Nivel en Materia de Desarme, Terrorismo y Seguridad Internacionales, conocido en las entrañas burocráticas como CANDESTI. Está integrado por diversas secretarías de Estado, pero el cumplimiento de sus funciones sigue siendo caótico.

En pleno 2024, con los ataques con coche bomba en Guanajuato, las autoridades siguen diciendo que en México no se han presentado actos de terrorismo. Y tienen una explicación: “La violencia que en ocasiones los grupos delictivos o disruptivos imprimen a sus acciones, es comparada por la ciudadanía con actos similares realizados por terroristas en el extranjero, y suelen confundirse y calificarse como tales, como los realizados con artefactos explosivos improvisados”, dice un documento de inteligencia de la Sedena.

Agrega que por el momento, ningún grupo vinculado con el terrorismo internacional ha mostrado intenciones de atentar contra intereses nacionales o extranjeros en territorio mexicano. “Sin embargo, la posición geográfica de México y la porosidad de sus fronteras norte y sur, plantean la posibilidad de que el territorio nacional sea utilizado por organizaciones terroristas”, advierten los de inteligencia. “Por lo anterior, no se pueden descartar los riesgos del fenómeno terrorista”.

Como ejemplo, durante sus ponencias para preparar a los que combaten estas amenazas, mencionan que Guanajuato vivió 16 eventos relacionados con artefactos explosivos (bombas en automóviles) entre el 5 de noviembre de 2019 y el 11 de noviembre del 2020 solamente. “El problema de inseguridad pública que prevalece en el Estado de Guanajuato, se debe principalmente a la confrontación entre las dos organizaciones delictivas con mayor presencia, “Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG)” y “Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL)”, por el control de las actividades ilícitas en la entidad”, explican. “En ese sentido, ésta última organización empleo Artefactos explosivos improvisados que utilizaban "cajas de herramientas" como contenedor”.

Citados artefactos estaban constituidos por los siguientes componentes:

  • 1. Iniciador: uno o varios cerillos eléctricos.
  • 2. Carga principal: Aprox. 1 kg. de pólvora pirotécnica (crisantemo),
  • combinada con balines y/o clavos.
  • 3. Seguro de traslado: swicht eléctrico.
  • 4. Fuente de poder: una batería de 12 voltios (empleadas en
  • motocicletas).
  • 5. Sistema de iniciación: un receptor de señal para apertura remota de
  • puertas eléctricas (cochera), conteniendo un chip para celular.
  • 6. Contenedor: una caja de plástico para herramienta (50 cm. de largo).
  • 7. Empleaban poliuretano en espuma para la fijación de los componentes.

“Una vez colocado el artefacto, el sistema es encendido a través del switch eléctrico, por lo que se encuentra en condiciones de ser activado vía remota empleando un teléfono celular (llamada o mensaje de texto SMS), para ser detonado”, dicen las autoridades.

Las autoridades han rasatreado las localizaciones de los detonadores. “Una de las personas (Rogelio “L”), resultó ser ingeniero graduado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien contaba con conocimientos técnicos sobre el funcionamiento electrónico de los artefactos explosivos”, dice un documento.

Hasta hoy, no han podido con estos atacantes que, dicho sea de paso, no son terroristas.

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