/ martes 26 de noviembre de 2024

El cierre de Hagamos: un adiós y un compromiso renovado

Ernesto Gutiérrez Guízar / Columnista invitado


El 27 de noviembre de 2024 marcará el cierre oficial de Hagamos como partido político local. Este momento, aunque inevitablemente doloroso, es también un punto de inflexión que nos invita a mirar hacia atrás con gratitud y hacia adelante con determinación. Fundar Hagamos fue un acto profundamente colectivo, nacido de la convicción de que Jalisco necesitaba una opción política distinta, capaz de colocar en el centro las causas más justas y las voces que con demasiada frecuencia quedan fuera del poder.

Desde su origen, Hagamos fue más que un partido: fue una comunidad. Cada paso que dimos estuvo acompañado por personas que creyeron en esta causa y la hicieron suya. No puedo más que expresar mi profunda gratitud a quienes nos acompañaron a lo largo de este camino: a las y los ciudadanos que participaron en la organización de nuestro registro, que nos abrieron las puertas de sus casas, que caminaron con nosotros en las calles, nos escucharon, nos ofrecieron propuestas, críticas y su voto de confianza. A nuestras militantes, a los integrantes de comités, asambleas y comisiones, gracias por su trabajo incansable, por su lealtad al proyecto y por no rendirse aun en los momentos más complejos.

Hagamos fue oposición, y lo fue con dignidad. En un contexto político donde resistir los embates del poder y mantenerse firmes no es una tarea menor, aprendimos a hacerlo con entereza. Desde el Congreso local, nuestras y nuestros legisladores defendieron causas esenciales como la transparencia, el equilibrio de poderes y la equidad de género. En los gobiernos municipales y regidurías, demostramos que gobernar bien es posible, con honestidad, con cercanía y con sensibilidad hacia las necesidades de las comunidades.

Es necesario reconocer que nuestra batalla jurídica por conservar el registro fue justa y legítima. Estoy convencido de que los votos que sostenían nuestro lugar en la vida política de Jalisco están en los paquetes electorales, y que una revisión exhaustiva al conteo nos habría dado la oportunidad de continuar. Sin embargo, los tribunales tomaron otra determinación, con una visión limitada de nuestros argumentos y una falta de disposición para ir al fondo de los asuntos. Como demócratas, sabemos que es nuestro deber respetar las normas, aunque también reconocemos la necesidad de reformarlas para que sean más justas y funcionales. Este resultado no solo evidencia las carencias del sistema electoral, sino también nuestras propias responsabilidades: quedar tan cerca del margen mínimo nos expuso a una autoridad electoral ineficiente y a un sistema judicial que evade los análisis profundos.

A pesar de este desenlace, no vamos a dejar de luchar por las causas que son esenciales para Jalisco. Tenemos un compromiso pendiente con las grandes crisis que enfrenta nuestro estado. La emergencia de los desaparecidos, que representa una herida abierta en nuestra sociedad, seguirá siendo un tema prioritario en nuestra agenda, desde cualquier trinchera en la que nos encontremos. También nos mantendremos firmes en la lucha por el derecho universal al agua potable, una causa inaplazable que requiere soluciones integrales y justas. Estas son luchas que trascienden a los partidos, y en ellas siempre estaremos presentes.

Es importante subrayar que, a pesar de los desafíos, este proyecto dejó huella. Logramos consolidar una bancada en el Congreso del estado, ganar once presidencias municipales, desempeñarnos con dignidad en las regidurías y demostrar que la política puede ser un ejercicio de servicio y no de privilegio. Hagamos aportó mucho a Jalisco, y ese legado será siempre motivo de orgullo.

El mejor agüero y el único, decía Homero en la Ilíada, es luchar en defensa de la patria. Esta frase encierra el espíritu que nos acompañó desde el principio: el de luchar por lo que creemos, por lo que es justo, por las causas que unen y transforman. Aunque el ciclo de Hagamos como partido llega a su fin, nuestra vocación por la lucha continúa intacta.

A quienes confiaron en este proyecto, les agradezco profundamente. Su fe, sus ideas y su energía son el cimiento de todo lo que logramos construir. Y a quienes integran los espacios de representación que nos quedan, les reitero mi compromiso personal de acompañarles en esta nueva etapa. Sigamos adelante con la misma pasión y responsabilidad que nos trajo hasta aquí.

Hagamos, como comunidad, no se disuelve: se transforma. La política, entendida como la búsqueda constante del bien común, seguirá siendo nuestro terreno. Hoy despedimos un nombre, pero no los ideales ni las convicciones que lo acompañaron. Jalisco sigue siendo nuestro compromiso.

Sigamos luchando. Jalisco merece lo mejor de nosotros.