La política prohibicionista de drogas en México ha causado miles de muertes y desaparecidos, lo he repetido un sinfín de veces, quien está a favor del prohibicionismo está a favor de la violencia. La semana pasada la Suprema Corte de Justicia de la Nación sentó un precedente histórico para nuestro país. Los ministros resolvieron el quinto amparo en materia de prohibición de la marihuana, concluyendo que toda persona mayor de edad tiene el pleno derecho a decidir las actividades recreativas que desea realizar. Con esta resolución se crea jurisprudencia (criterio legal sobre el tema) que obliga a los jueces y magistrados de todo el país a respetar este derecho fundamental de los consumidores de marihuana.
Gracias a esta resolución de la Corte el tema de legalizar y regular la producción, comercialización y consumo lúdico de la marihuana vuelve a cobrar fuerza, para muestra las iniciativas de ley que se han presentado en los últimos días en la Cámara de Senadores. Las propuestas presentan generalidades en torno a la despenalización, al enfoque de salud y la amnistía por posesión, todas plantean cambios a la Ley General de Salud y el Código Penal; sin embargo, de manera específica la bancada del PRI apunta a elevar de 5 a 28 gramos la posesión permitida de la yerba y un uso libre de esta, pero mantiene la prohibición en la cadena de comercio y distribución. Por su parte Movimiento Ciudadano plantea que sea la Secretaría de Salud quien diseñe y ejecute las políticas públicas para regular el uso de todo tipo de cannabis y sus derivados. Y finalmente la iniciativa de Morena presenta la creación de una Ley General para la Regulación y Control de la Cannabis donde quedaría regulado su uso medicinal, comercial y personal.
Hoy la legalización de la marihuana tiene mayores posibilidades de convertirse en una realidad, lo que significa un gran primer paso en la eliminación de una política prohibicionista de drogas que desde hace más de una década nos sumergió en una inútil guerra contra el narcotráfico. La marihuana no es la única droga que comercializa el crimen organizado, sin embargo, esta regulación sentará un antecedente en dicha materia.
El Congreso de la Unión tiene en sus manos llevar a cabo todas las reformas necesarias a la Constitución, leyes y códigos para que el derecho al libre desarrollo de la personalidad sea pleno. La discusión y las condiciones del debate sobre esta legalización se han modificado, hoy tenemos una oportunidad histórica que nos permite comenzar de cero y plantear una nueva forma de entender la realidad; voltear a ver modelos como el uruguayo o de más reciente creación como el canadiense podrían guiar la trayectoria que nos conviene seguir.