/ viernes 5 de mayo de 2023

Defenderse sin discurso: La narrativa de López Obrador

Tras su reaparición luego de presuntamente contraer COVID 19 por tercera vez, el regreso del Presidente ha sido más para seguir confrontando las realidades que lo han rebasado, en las últimas semanas, los discursos emitidos en la mañanera se han orientado sobre todo a la prensa mexicana y a los políticos que están fincando alianzas para los próximos comicios federales.

El presidente y su realidad ya no permite hablar de la consolidación de la cuarta transformación, el fracaso del INSABI y la búsqueda a toda costa de desaparecer al INAI lo tienen realmente fuera del control que tuvo con una narrativa de promesas y proyectos.

Y es que esta tampoco ha sido una semana para el presidente, donde las verdades lo han rebasado a tal grado de confundir o hacer creer que lo privado debe estar ligado con lo público; el caso de sus hijos y las recientes revelaciones sobre sus nexos con amistades que han logrado contratos de adjudicación directa por varios millones de pesos, y de los cuales se han presentado evidencias periodísticas que cuentan con todo el rigor de una investigación mediática, el Presidente tardó más de un día para desmentir el trabajo de Carlos Loret de Mola y sin mostrar prueba alguna de la defensa, usó la misma narrativa de siempre: es un experto en montajes y un mercenario de la información. Así lo ha narrado igual en los casos expuestos como: La fábrica de chocolates de uno de sus hijos que presuntamente fue construida con fondos del proyecto “sembrado vida”, o el caso también presentado de la casa de Houston, o el de las influencias para obtener medicamentos para COVID 19 entre otros; el presidente actúa sólo bajo la denostación y no prueba de la misma manera la presunta inocencia de los señalados.

Es más, reta al periodista a denunciar a la Fiscalía General de la República, a sabiendas que ha sido una institución opaca y al servicio de la presidencia, si así fuera, no imagino que por cada nota de corrupción que se publica tendría que abrirse una carpeta en la esperanza de encontrar justicia como en casos que duermen y no fueron más allá como los Huachicoleros ( delito que sigue cometiéndose sin detenidos o sentenciados ) , los Factureros, de los cuales el presidente presumió miles de órdenes de aprehensón, y un largo etcétera

El presidente evade también hablar sobre SEGALMEX y el mega fraude del cual no hay detenidos ni responsables, el discurso ahí simplemente no existe y se sobre entiende que la respuesta sería: El PRI robó más. Evade también sus afirmaciones en un momento serio de la humanidad cuando se enfrentó la pandemia, el famoso “Detente” y la frase lapidaria de que quien Miente, roba y es corrupto le da Covid, cuando en su caso presuntamente ya tiene 3 contagios.

En el caso de la extraña venta del avión presidencial, nunca fue compartido el supuesto avalúo de la aeronave ni tampoco especificó el “defecto” de fabricación que habría dado como resultado un descuento del 70% en el precio de la aeronave; tampoco hemos recibido una actualización del dinero que se depositó y el comienzo de la implementación del recurso en lo prometido: servicios de salud en la construcción de varios hospitales en el país.

Los constantes enfrentamientos desde el atril con el gobierno de Estados unidos están haciendo que se tengan tensiones cuyo destino es incierto, pero que podrían provocar la renuncia de Marcelo Ebrard en breve, para comenzar su carrera rumbo a la boleta para el 2024, pues no existen condiciones de ser ya parte de las “Corcholatas” que buscarían piso parejo en la llamada encuesta promovida por Morena.

Lo que representa más incertidumbre es el hecho de que no existe sanción de parte del ejecutivo nacional ante la evidencia de los millonarios viajes del titular de la Secretaria de la defensa nacional y su familia, la entrega de administraciones como la ferroviaria y el espacio aéreo, la de puertos y aduanas nacionales sin una justificación lógica.

La seguridad sin rumbo o estrategia, sólo discursos que evaden realidades o la minimizan, como el caso de Matamoros, Tamaulipas donde durante 3 días hubo bloqueos y la SEDENA sólo declaró que fueron exageraciones, que habría sido sólo un día y que producto de ellos se reportaba una persona herida, y por cierto, sin detenidos, como se ha vuelto una lamentable costumbre.

En el País no existen las masacres y en todos los temas que tienen que ver con el combate a la delincuencia el gobierno ha actuado con una visión humanista, dice el presidente levantando la bandera de cuando era candidato: no somos iguales.

Se acabó el discurso de los 30 millones de votos que lo llevaron al poder, del pueblo bueno, que ahora al que no está de acuerdo le llama opositor o adversario, y para cooptar aún más el poder, todos los apoyos sociales los está concentrando en una peligrosa base de datos a través del Banco del Bienestar donde seguramente será el centro de la administración electoral del 2024.

El presidente no tiene con que defenderse, el discurso no le alcanza ya para de principio demostrar que el periodismo de investigación está equivocado.

Pero lo más preocupante es que su respuesta más desafiante es … ¿y qué?, la prueba más irrefutable del poder en el país donde parece que la corrupción entre los López Obradoristas es honesta y permitida.

Tras su reaparición luego de presuntamente contraer COVID 19 por tercera vez, el regreso del Presidente ha sido más para seguir confrontando las realidades que lo han rebasado, en las últimas semanas, los discursos emitidos en la mañanera se han orientado sobre todo a la prensa mexicana y a los políticos que están fincando alianzas para los próximos comicios federales.

El presidente y su realidad ya no permite hablar de la consolidación de la cuarta transformación, el fracaso del INSABI y la búsqueda a toda costa de desaparecer al INAI lo tienen realmente fuera del control que tuvo con una narrativa de promesas y proyectos.

Y es que esta tampoco ha sido una semana para el presidente, donde las verdades lo han rebasado a tal grado de confundir o hacer creer que lo privado debe estar ligado con lo público; el caso de sus hijos y las recientes revelaciones sobre sus nexos con amistades que han logrado contratos de adjudicación directa por varios millones de pesos, y de los cuales se han presentado evidencias periodísticas que cuentan con todo el rigor de una investigación mediática, el Presidente tardó más de un día para desmentir el trabajo de Carlos Loret de Mola y sin mostrar prueba alguna de la defensa, usó la misma narrativa de siempre: es un experto en montajes y un mercenario de la información. Así lo ha narrado igual en los casos expuestos como: La fábrica de chocolates de uno de sus hijos que presuntamente fue construida con fondos del proyecto “sembrado vida”, o el caso también presentado de la casa de Houston, o el de las influencias para obtener medicamentos para COVID 19 entre otros; el presidente actúa sólo bajo la denostación y no prueba de la misma manera la presunta inocencia de los señalados.

Es más, reta al periodista a denunciar a la Fiscalía General de la República, a sabiendas que ha sido una institución opaca y al servicio de la presidencia, si así fuera, no imagino que por cada nota de corrupción que se publica tendría que abrirse una carpeta en la esperanza de encontrar justicia como en casos que duermen y no fueron más allá como los Huachicoleros ( delito que sigue cometiéndose sin detenidos o sentenciados ) , los Factureros, de los cuales el presidente presumió miles de órdenes de aprehensón, y un largo etcétera

El presidente evade también hablar sobre SEGALMEX y el mega fraude del cual no hay detenidos ni responsables, el discurso ahí simplemente no existe y se sobre entiende que la respuesta sería: El PRI robó más. Evade también sus afirmaciones en un momento serio de la humanidad cuando se enfrentó la pandemia, el famoso “Detente” y la frase lapidaria de que quien Miente, roba y es corrupto le da Covid, cuando en su caso presuntamente ya tiene 3 contagios.

En el caso de la extraña venta del avión presidencial, nunca fue compartido el supuesto avalúo de la aeronave ni tampoco especificó el “defecto” de fabricación que habría dado como resultado un descuento del 70% en el precio de la aeronave; tampoco hemos recibido una actualización del dinero que se depositó y el comienzo de la implementación del recurso en lo prometido: servicios de salud en la construcción de varios hospitales en el país.

Los constantes enfrentamientos desde el atril con el gobierno de Estados unidos están haciendo que se tengan tensiones cuyo destino es incierto, pero que podrían provocar la renuncia de Marcelo Ebrard en breve, para comenzar su carrera rumbo a la boleta para el 2024, pues no existen condiciones de ser ya parte de las “Corcholatas” que buscarían piso parejo en la llamada encuesta promovida por Morena.

Lo que representa más incertidumbre es el hecho de que no existe sanción de parte del ejecutivo nacional ante la evidencia de los millonarios viajes del titular de la Secretaria de la defensa nacional y su familia, la entrega de administraciones como la ferroviaria y el espacio aéreo, la de puertos y aduanas nacionales sin una justificación lógica.

La seguridad sin rumbo o estrategia, sólo discursos que evaden realidades o la minimizan, como el caso de Matamoros, Tamaulipas donde durante 3 días hubo bloqueos y la SEDENA sólo declaró que fueron exageraciones, que habría sido sólo un día y que producto de ellos se reportaba una persona herida, y por cierto, sin detenidos, como se ha vuelto una lamentable costumbre.

En el País no existen las masacres y en todos los temas que tienen que ver con el combate a la delincuencia el gobierno ha actuado con una visión humanista, dice el presidente levantando la bandera de cuando era candidato: no somos iguales.

Se acabó el discurso de los 30 millones de votos que lo llevaron al poder, del pueblo bueno, que ahora al que no está de acuerdo le llama opositor o adversario, y para cooptar aún más el poder, todos los apoyos sociales los está concentrando en una peligrosa base de datos a través del Banco del Bienestar donde seguramente será el centro de la administración electoral del 2024.

El presidente no tiene con que defenderse, el discurso no le alcanza ya para de principio demostrar que el periodismo de investigación está equivocado.

Pero lo más preocupante es que su respuesta más desafiante es … ¿y qué?, la prueba más irrefutable del poder en el país donde parece que la corrupción entre los López Obradoristas es honesta y permitida.