/ viernes 5 de julio de 2024

Conservación del suelo

Los cambios climáticos que sufre el planeta en la actualidad, mismos que pueden intensificarse en el futuro cercano, ya no son llamadas de alerta sino advertencias del peligro inmediato que nos acecha. Tormentas de todo tipo, huracanes, ciclones, tifones, altas temperaturas, deshielo de glaciares continentales y en los polos y la erosión afectan la composición y calidad del suelo para las actividades humanas, la vida animal y vegetal.

Somos testigos de innumerables acciones en defensa del medio ambiente, pero parece que la batalla va rumbo a la derrota, los datos disponibles reflejan el deterioro paulatino y sistemático del aire, los océanos, mares y todo cuerpo de agua, así como, del suelo y el subsuelo a consecuencia de la actividad humana; por lo que las contramedidas adquieren el adjetivo de improrrogables.

Actualmente se cuenta con dos eventos de alcance global de periodicidad anual que buscan prevenir, cuidar y remediar el deterioro de los suelos, y que consisten en el Día Mundial del Suelo y Día Internacional de la Conservación del Suelo.

El Día Mundial del Suelo se celebra el 5 de diciembre cada año desde 2014 a nivel mundial auspiciado por la ONU, cuyo objetivo es el concientizar sobre la importancia del suelo y su relación con el agua para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles. Su enfoque destaca la relación entre el suelo y la seguridad alimentaria global.

Por otro lado, el Día Internacional de la Conservación del Suelo se conmemora el 7 de julio desde 1963 en honor al científico estadounidense Hugh Hammond Bennett, considerado pionero en la conservación del suelo y su capacidad productiva. El objetivo es reconocer la relevancia del suelo como capa superficial de la corteza terrestre y promover su preservación. Buscar dejar constancia de que los suelos son sitios dinámicos y llenos de vida que sostienen la biodiversidad y los ecosistemas terrestres.

Ambas fechas nos recuerdan la importancia vital del suelo y nos instan a protegerlo para las generaciones futuras.

La conservación de los suelos es clave por varias razones. En primer lugar, los suelos son un recurso escaso y no renovable, su pérdida representa uno de los principales problemas ambientales a nivel mundial. Algunas de las problemáticas que afectan los suelos incluyen la erosión, la compactación, el aumento de la salinidad y la acidez. Algunas razones clave para su conservación son el sustento de la vida ya que los suelos son esenciales para la producción de alimentos y la supervivencia de plantas, animales y humanos. El ciclo de nutrientes es fundamental ya que los suelos reciclan nutrientes y mantienen la fertilidad, lo que es fundamental para la agricultura. Ayudan con el control de enfermedades ya que los suelos saludables albergan microorganismos que ayudan a controlar enfermedades en las plantas. A su vez, la conservación del suelo previene la erosión y la pérdida de su calidad física, biológica y química.

En resumen, cuidar y proteger nuestros suelos es vital para garantizar la sostenibilidad y la supervivencia de las generaciones futuras y que la calidad de vida de la actual no disminuya. Para lograr lo anterior requiere de voluntad política, inversión de recursos, eliminar prácticas económicas y de esparcimiento dañinas y que la sociedad global se una para lograr dicho objetivo.

Dulce Sarahí Cortés Vite, abogada de profesión, Maestra en Administración Pública, Doctorante en Administración Pública y actualmente Regidora en el Ayuntamiento de Zapopan.

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