Bastaron apenas 35 minutos para que la tormenta “atípica” (descrita así por el instituto de astronomía y meteorología de la U de G) desquiciara la ciudad. 200 árboles caídos y con ello, la falta de energía eléctrica en decenas de colonias, así como la falta de servicios de telecomunicaciones que también se afectaron con la caída de sus redes por el mismo tema. Las inundaciones colapsaron el tráfico, pero esta vez con afectaciones por ejemplo en el paso a desnivel de López Mateos y Copérnico, donde el dragado del agua duró hasta la tarde del jueves, haciendo una fila enorme de vehículos por ambos sentidos pues, la Jalisco vial cerró los carriles centrales y no había ni señalamientos que advertían del corte ni tampoco información que permitiera predecir el tiempo de las obras.
Las pantallas en avenidas, nuevamente promocionando la verificación del gobierno del estado y no la información puntual de lo que se necesitaba en ese momento, las cuadrillas de la CFE restablecían como podían la energía y fueron puntos como el de Av. Juárez desde federalismo hasta américas que tuvieron energía hasta la tarde de ayer jueves. Parques y jardines, protección civil y los servicios de emergencia, como podían cortaban los troncos de los enormes ficus que cayeron de un solo lado de las calles, sólo permitiendo el paso a los vehículos para luego disponerse a ir a cortar otro y otro sólo para darle movilidad a la ciudad.
Fue sorpresiva, sí, porque, aunque el pronóstico advertía de lluvias, los fuertes vientos marcaron esta diferencia que pusieron a prueba a todas las dependencias y servicios públicos para responder a una contingencia, la prueba aún continua a casi 3 días de lo sucedido. Las pérdidas según algunas aseguradoras que atendieron siniestros en autos, casas y negocios no tienen cuantificaciones, pero alguno de los ajustadores me dijo que algo parecido no se había visto en los últimos años.
El aguacero también me dio la razón una vez más de la falta de coordinación entre la agencia metropolitana de movilidad y la policía vial para enviar agentes a cruceros donde los semáforos dejaron de funcionar por la falta de energía eléctrica, algo que también se debe aprender para la próxima lluvia con afectación en este sentido.
El temporal apenas comienza, es evidente que lo que toca es limpiar lo más posible de hojas, basura y evitar que se tapen las alcantarillas y bocas de tormenta; es inadmisible que veamos en camellones botellas de refrescos, bolsas, papel, toda clase de desechos que si, son tirados sin escrúpulos opor ciudadanos inconscientes ante lo que hoy significa para las próximas lluvias y el motivo de que el agua se estanque y suba nuevamente a niveles de cerrar las calles y avenidas.
También es importante poner sobre la mesa del análisis la ausencia de los alcaldes, aunque fuera en redes sociales compartiendo las acciones llevadas en coordinación con sus servicios de respuesta, bueno sería de los cortes informativos que permitieran saber aproximaciones en tiempo de respuesta a las diferentes demandas que se presentaron y con eso hacerse más cercanos a la ciudadanía que en mucho buscaba esas respuestas que en los números de emergencias o atención no se podía conocer, o porque las líneas estaban saturadas o de plano no contestaban.
Durante este fin, y la próxima semana seguirán las lluvias, y aunque sólo el pronóstico contempla la caída de agua, hay que estar pendientes de los vientos que pueden dar más sorpresas, advertir sobre posibles riesgos a la autoridad a tiempo puede evitar mucho de lo que se vivió hace unos días en esta la ciudad e papel, de mazapán.