/ jueves 27 de enero de 2022

Agua poco confiable

En contraste con la opinión de muchos ciudadanos del Área Metropolitana de Guadalajara, ha quienes se les a abastecido de poca y sucia agua a través de las tuberías del SIAPA, lo cierto es que la mayor contaminación, de acuerdo a sondeos de la Comisión Nacional del Agua, el mayor foco de infección es el material fecal proveniente, mayoritariamente, de los albañales en las poblaciones rivereñas donde se carece de plantas tratadoras de agua.

Los resultados de la CNA arrojan que el agua no es recomendable para el consumo humano directamente, lo cual explicaría el sabor a cloro presente en los grifos de la mayoría de las viviendas de nuestra ciudad. Cuando ese sabor y olor es notorio podemos estar ciertos que el agua ha sido tratada antes de distribuida por las redes del SIAPA.

Lo mismo podemos suponer cuando aparece maleza y lirios con requerimientos nutritivos provenientes de la contaminación orgánica de las aguas vertidas en un vaso lacustre. Ese podría ser el caso de la Laguna de Cajititlán cuya restauración se ha calculado en aproximadamente 20 años según lo señaló el Presidente Municipal de Tlajomulco Salvador Zamora Zamora.

Tratándose de un solo sistema geobiológico el de la Laguna de Chapala y las Lagunas relativamente cercanas como la de Cajititlán, podemos concluir la existencia de una contaminación cuyas fuentes parecen ser las mismas pero con una agravante: por más que se limpien las malezas acuáticas pero no se contengan los residuos contaminantes, poco se notara el esfuerzo.

Los propósitos Institucionales quedan limitados cuando no se resuelve el problema de fondo y, si bien el lirio es un problema para la oxigenación de los peces, lo es más la contaminación por residuos sólidos como los que han abatido a millones de peces y cientos de seres humanos principalmente por los materiales pesados vertidos por la industria, principalmente Mercurio.

La muestra tétrica de Poncitlán, en Chapala donde la vida humana es amenazada sería un dato más impactante y preocupante al tratarse de la vida de niños y adolescentes a quienes se le han diagnosticado enfermedades producidas por la ingesta de agua de esas zonas rivereñas carentes de clorificación en las aguas domésticas.

Entonces no se trata de minimizar unas causales frente a otras, sino advertir que de estas los residuos urbanos no son el factor más grave, sino el incontrolable vertedero de sustancias tóxicas utilizadas principalmente por la industria textil e incluso por la peletera en el Estado de Guanajuato también beneficiario de las aguas de la cuenta Lerma-Chapala-Santiago y más allá de la industria porcina de Michoacán que, si bien vierte cantidades importantes de materia fecal animal, lo cierto es que son más preocupantes los detergentes y asépticos químicos, incluidos los ácidos utilizados en estas estratégicas industrias de nuestro País.

Todos los contaminantes, como son los residuos urbanos, industriales e incluso las materias químicas para el abono agrícola tendrían que recibir la atención prioritaria de los gobiernos federal, estatal y municipales para no esperar décadas y sexenios para no atestiguar la muerte de peces y popochas pero sobre todo de niños y adultos por la altísima contaminación persistente en las aguas superficiales de nuestro estado y del país.

* Académico de la UdeG