Tras la resolución definitiva el camino es seguir adelante con lo que toca a Jalisco, y para ello hay que reflexionar un poco sobre lo que somos y dejamos de hacer. Es un hecho que gane quien gane en una elección, los funcionarios serán objeto siempre de impugnaciones, mentadas y reclamos, todos producto de su pasado o presente, pero todos están ahí porque existe un sistema (político) que lo permite; sin embargo, no hay que dejar pasar que como ciudadanos también quedamos a deber mucho en el desarrollo de una sociedad que le ha gustado permanecer en la constante crítica y en el espacio cómodo de sólo señalar y no dar el siguiente paso: Denunciar con pruebas.
El Propio sistema ha permitido crear, por ejemplo fiscalías especializadas en investigar y accionar contra algún exceso o delito cometido por un funcionario público, y la recomendación es que esa denuncia también sea exhibida en medios de comunicación para hacerla del conocimiento público y evitar que se pierda en algún archivo muerto, sin embargo, redes sociales y reportes a medios sin esa denuncia sólo son parte de la rumorología que sólo construye división y suele llevar agua al molino de otros grupos políticos que, a razón de esta clase de dichos, mas no de hechos construyen narrativas que al tiempo se convierten en banderas electorales.
Como ciudadanos comunes también debemos aceptar que estamos en la ciudad del “No”, no aceptamos que se construyan más líneas de transporte, por ejemplo, y opinamos de ello sin ser usuarios; porque simplemente ha sido una costumbre, un deporte de opinar y convertirnos en opositodo. Es un hecho también que como ciudadanos hemos fallado al respeto a la ley, al reglamento, a las normas; hagamos autocritica cuando manejamos: la máxima es de 60 y le damos a 80 o hasta 100km/hr, y de pronto nos llega la foto multa y reaccionamos contra un gobierno recaudatorio, sin aceptar que fuimos omisos a la advertencia de una norma que le aseguro sería respetada en otros países, porque también nuestro comportamiento cambia cuando en el extranjero si respetamos lo que se dice en la materia.
El objeto de esta columna sólo advierte que en todo proceso nuevo, estamos invitados a generar cambios, la crítica constructiva que incluye en primera persona, advierte también un compromiso y trabajo en equipo; algunos legisladores, regidoras y regidores hacen lo que quieren porque justamente nadie les hace marcaje personal, nadie les exige y están ahí a sabiendas de que “sirven” a una sociedad cuyo reclamo está en las redes sociales y que no les representan merma en su quincena, pero, al estar cerca de ellos les obliga no sólo a trabajar sino a generar resultados.
Lo que sigue, como le digo en la nueva administración es darle seguimiento a un proyecto presentado en campaña, sea usted o no correligionario del gobernador electo y su gabinete o simpatizante o no de un partido político, la elección pasó y es hora de tomar acción a lo que nos corresponde y ello se llama: “Ciudadanía” y a ellos: “Gobierno”, la conjunción se llama “Gobernanza”. Si aplicamos este proceso tendremos y lograremos, estoy seguro resultados que no deben presumirse, sino es lo que merecemos como responsables y corresponsables; es decir, si un funcionario o autoridad nos pide dinero y aceptamos o viceversa, eso es corrupción, es un delito, si entendemos que debemos denunciarlo con nombre y apellido estamos contribuyendo a exhibir no sólo el acto, sino a quien lo hace, pero la invitación es no ser actor de esta clase de señalamientos que son comunes y no se castigan porque queda en señalamientos solamente.
Si cambia usted, en el pensamiento, en hacer lo que le toca créame que el cambio se contagia entre los cercanos y de ahí se construye una sociedad más limpia, viendo adelante y no como los cangrejos, ahí radica el pasado y ante pasado de lo que hoy nos mantiene en sólo ideas y no todas ciertas por cierto.