Las devastadoras lluvias torrenciales que de la madrugada del martes 29 al miércoles 30 del pasado mes de octubre ocasionaron inundaciones históricas en la región de Valencia, España, han dejado 217 personas muertas y centenares de desaparecidos.

El paso de la DANA ha ocasionado no sólo muerte y destrucción en la región de Valencia, sino también una inocultable indignación de los damnificados contra las autoridades españolas. Durante la visita de los reyes Felipe VI y Letizia a la devastada Paiporta, los afectados lanzaron lodo e insultos a los monarcas.

Similar recepción le dieron ese día a Carlos Mazon, presidente de la Generalidad Valenciana, así como a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España desde 2018. Este último ha dicho que el gobierno movilizará todos los recursos que sean necesarios, “durante todo el tiempo que haga falta”.

Como usted puede ver, la situación es delicada y obliga a reflexionar sobre un tema que debería ser del interés de todos, no sólo de las autoridades de gobierno de tal o cual país.

Hoy le tocó lamentablemente a España, mañana el afectado puede ser cualquier otro país del mundo. Para que esto no siga pasando, es urgente realizar acciones para aminorar el calentamiento global, algo que todos podemos y debemos hacer. Sólo se requiere tener sensibilidad y conciencia de lo que ocasiona el cambio climático.

Así que no podemos ocupar en este mundo el lugar de simples espectadores, que ven cómo sigue dándose la quema indiscriminada de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), la tala de árboles y la cría de ganado que, para los expertos en la materia, produce más gases contaminantes que el transporte.

Lo Importante es unir esfuerzos desde nuestra trinchera para frenar esta creciente crisis climática, es decir, “la situación actual de emergencia causada por el alarmante ritmo en el que se ha ido calentando el planeta en las últimas décadas”, refiere un texto del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).

Para las personas, organismos y grupos interesados en el tema, la humanidad está todavía a tiempo de revertir el deterioro ambiental mediante el manejo adecuado de residuos sólidos, pues, de no aprender a combatir el cambio climático, las consecuencias las sufriremos todos.

No tenemos de otra: es hacer esto o continuar viendo más desastres naturales que son resultado de la falta de acciones para detener el calentamiento global. Un texto de la ONU-Habitat señala que “la mitad de los daños humanos y económicos causados por catástrofes en los últimos cincuenta años están relacionados con el agua y el clima. Sólo los desastres relacionados con el agua han causado cerca de 1,3 millones de personas fallecidas y representan el 50% de todas las catástrofes”.

Seamos parte del cambio a favor del medio ambiente; involucrémonos con acciones diarias, es por el bien de nuestro planeta, en el que vivimos nosotros y nuestros hijos.