/ miércoles 27 de diciembre de 2023

2023 sin vacaciones políticas

2023 se acaba. En los últimos días que le quedan a este año, aprovecho para reflexionar acerca de uno de los rasgos distintivos del sexenio de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México. En su quinto año de gobierno, sin diferencia a los anteriores, el presidente no dio tregua a las conferencias mañaneras, registrándose aproximadamente 1,250. Con la regularidad casi impecable, continuó con su estrategia de acaparar los canales de la política nacional mediante la generación de cientos de mensajes, datos, cifras, relatos, calificaciones y descalificaciones a sus adversarios, a los otros poderes de la federación, a los gobiernos locales, a sus antecesores e incluso a los gobernantes extranjeros.


La infoxicación programada ha sido una estrategia que sin duda ha funcionado en positivo para el régimen obradorista. Controlan la agenda de los medios de comunicación, inducen e influyen en la conversación callejera, catapultan temas y noticias a su antojo o desploman intentos de la oposición antes de que alcancen notoriedad y se viralicen. Todo ello, con un grado de efectividad muy alto. La muralla informativa que emana de palacio nacional ha protegido al presidente y le ha dado margen de maniobra, control, poder y condiciones para la negociación y el manejo de masas. Con contadas excepciones, como lo fueron las 13 semanas en que Xóchitl Gálvez emergió de la nada y complicó la operación presidencial, la estrategia les funcionó sin discusión.

Habiendo temas visibles que preocupan, que enojan, que asustan, con relación a la inseguridad pública en ascenso, así como la problemática provocada por el crimen organizado y la diversificación de sus actividades, otros temas como el deterioro de la salud, el fracaso del INSABI y del abasto de medicamentos, la falta de esquemas de vacunación actual entre otros asuntos, o el de la educación, donde las pruebas internacionales revelan la perdida de nivel de conocimientos, que debe detenerse de inmediato y que ha sido una constante sexenal, se suman a la predominancia total de la impunidad, de los esfuerzos de intervención en contra del poder judicial, del rezago en la aplicación de la justicia y a la falta de resultados objetivos que demuestren que la administración pública federal está funcionando y dando resultados para beneficio de la ciudadanía.

De acuerdo al calendario electoral, estamos en etapa de precampañas para que los partidos políticos postulen a sus candidatos a cargos de elección popular, así como para que los ciudadanos que deseen participar como candidatos por la vía independiente, consigan los apoyos necesarios. Todos ellos enfrentan un escenario en el que los ciudadanos se encuentran repelentes a la política, con un diagnóstico de fatiga, de sobre exposición, por no haber tenido descanso, por no vacacionar de problemas, discusiones, debates, manifestaciones y conferencias mañaneras que no han dado respiro y que en nada contribuyen a la reflexión profunda, a la revisión a detalle de la información y si en cambio, facilitan la apatía, el desánimo y la no participación social.

Sin tregua para el ciudadano, desde el gobierno federal arreciaran con la infoxicación, además de que se le sumaran los esfuerzos por ganar lugares en la opinión pública de partidos políticos, de numerosos precandidatos y después de candidatos que no dejaran un hueco vacío. El ciudadano deberá encontrar la forma de seleccionar las fuentes en las que crea, de elegir sus voceros y sus emisores favoritos, de rechazar los esfuerzos propagandísticos y de valorar a quien lee, escucha, ve y respalda, todo ello antes de otorgar su valiosísimo voto el domingo 2 de junio entrante. Hay que sacar la coladera y privilegiar lo que nos sirva, atraiga y haga sentir bien. Nos leemos en 2024.

www.youtube.com/c/carlosanguianoz

2023 se acaba. En los últimos días que le quedan a este año, aprovecho para reflexionar acerca de uno de los rasgos distintivos del sexenio de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México. En su quinto año de gobierno, sin diferencia a los anteriores, el presidente no dio tregua a las conferencias mañaneras, registrándose aproximadamente 1,250. Con la regularidad casi impecable, continuó con su estrategia de acaparar los canales de la política nacional mediante la generación de cientos de mensajes, datos, cifras, relatos, calificaciones y descalificaciones a sus adversarios, a los otros poderes de la federación, a los gobiernos locales, a sus antecesores e incluso a los gobernantes extranjeros.


La infoxicación programada ha sido una estrategia que sin duda ha funcionado en positivo para el régimen obradorista. Controlan la agenda de los medios de comunicación, inducen e influyen en la conversación callejera, catapultan temas y noticias a su antojo o desploman intentos de la oposición antes de que alcancen notoriedad y se viralicen. Todo ello, con un grado de efectividad muy alto. La muralla informativa que emana de palacio nacional ha protegido al presidente y le ha dado margen de maniobra, control, poder y condiciones para la negociación y el manejo de masas. Con contadas excepciones, como lo fueron las 13 semanas en que Xóchitl Gálvez emergió de la nada y complicó la operación presidencial, la estrategia les funcionó sin discusión.

Habiendo temas visibles que preocupan, que enojan, que asustan, con relación a la inseguridad pública en ascenso, así como la problemática provocada por el crimen organizado y la diversificación de sus actividades, otros temas como el deterioro de la salud, el fracaso del INSABI y del abasto de medicamentos, la falta de esquemas de vacunación actual entre otros asuntos, o el de la educación, donde las pruebas internacionales revelan la perdida de nivel de conocimientos, que debe detenerse de inmediato y que ha sido una constante sexenal, se suman a la predominancia total de la impunidad, de los esfuerzos de intervención en contra del poder judicial, del rezago en la aplicación de la justicia y a la falta de resultados objetivos que demuestren que la administración pública federal está funcionando y dando resultados para beneficio de la ciudadanía.

De acuerdo al calendario electoral, estamos en etapa de precampañas para que los partidos políticos postulen a sus candidatos a cargos de elección popular, así como para que los ciudadanos que deseen participar como candidatos por la vía independiente, consigan los apoyos necesarios. Todos ellos enfrentan un escenario en el que los ciudadanos se encuentran repelentes a la política, con un diagnóstico de fatiga, de sobre exposición, por no haber tenido descanso, por no vacacionar de problemas, discusiones, debates, manifestaciones y conferencias mañaneras que no han dado respiro y que en nada contribuyen a la reflexión profunda, a la revisión a detalle de la información y si en cambio, facilitan la apatía, el desánimo y la no participación social.

Sin tregua para el ciudadano, desde el gobierno federal arreciaran con la infoxicación, además de que se le sumaran los esfuerzos por ganar lugares en la opinión pública de partidos políticos, de numerosos precandidatos y después de candidatos que no dejaran un hueco vacío. El ciudadano deberá encontrar la forma de seleccionar las fuentes en las que crea, de elegir sus voceros y sus emisores favoritos, de rechazar los esfuerzos propagandísticos y de valorar a quien lee, escucha, ve y respalda, todo ello antes de otorgar su valiosísimo voto el domingo 2 de junio entrante. Hay que sacar la coladera y privilegiar lo que nos sirva, atraiga y haga sentir bien. Nos leemos en 2024.

www.youtube.com/c/carlosanguianoz

ÚLTIMASCOLUMNAS