Estamos a unos días de terminar un año que iniciamos y de comenzar el año 2023, con los retos y las realidades que han sido parte de nuestra experiencia, de nuestros aprenderes, de nuevos conocimientos que forman parte de nuestra vida, donde a diario construimos el destino de la vida.
2022, fue un año difícil, fue el año que perdí a mis seres queridos, primero mi sobrino Fernando, después mi hermano Miguel Ángel, así como a mi cuñada Josefina y a mi perro Tomás, ha sido el año de la reflexión, el año de la memoria entre la vida y la muerte, el año de la resignación, entre estos seres humanos que se fueron a la eternidad a esa comunicación con el creador del Cielo y de la Tierra, así como del Universo.
De la misma manera ha sido el año de encuentros entre nuevos amigos y desencuentros entre los amigos que han dejado de ser amigos, por circunstancias diversas y posiciones de pensamiento diferente, pero la vida sigue y la misma se construye a diario en este amanecer y en estos nuevos días con los tiempos que marca el calendario en sus 365 días del año, sus meses y sus estaciones del año de ese tiempo que inicia con el invierno, que en estos días el termómetro hace que la temperatura baje, y el frío cale el cuerpo, obligándonos a cubrirlo con una cobija, chamarra o suéter, con su aire tan frío que congela en algunas partes de la zona metropolitana el campo, por esos rumbos de Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque, y El Salto.
2022, termina su tiempo, solamente en este año, fue parte de un ciclo de vida, pero también de muerte, por aquellas vidas que se fueron y que no volverán, únicamente queda el recuerdo en esa memoria que retiene los ejemplos de vida de los seres amados que un día convivieron con nosotros, pero por causas del destino se tuvieron que ir a otra dimensión, que el pensamiento con su capacidad de construir las ideas llamándole el infinito o el cielo, en fin este pensamiento creativo también forma parte de la existencia de la vida que siempre busca una explicación del ¿porqué, nacemos o por qué morimos?.
Lo más hermoso de los años de existencia es la vida, la misma que a diario defendemos en la escuela, en el hogar, así como en la comunidad en la que nos desarrollamos; nos educamos para defenderla, pero cuando por desgracia llega la enfermedad, la misma atormenta la vida.
La vida ante las complicaciones de su existencia es bella, y siempre existe la esperanza de vida, por lo que volver a la vida muchas de las veces es un milagro de ese ser que es el creador del Cielo y de la Tierra, así como de todo el Universo.
2022, es un año que termina con las experiencias que nuestra existencia como parte de nuestra vida nos ha dado, así se inicia en estos días un año 2023 que estará lleno de bendiciones, por lo que les deseo un excelente inicio en esta etapa de una nueva vida.
*Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara, Miembro de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco.