Las jefas de familia ven como principal desafío tener más oportunidad para estar con su familia al ser madres solteras; ellas buscan brindar más tiempo, salud y educación a sus hijas e hijos.
En Jalisco se estima que tres de cada diez hogares están a cargo de una mujer quienes buscan como alternativa para tener mayores ingresos innovar en la industria de la creatividad, innovación y emprender un negocio, además de sus múltiples actividades diarias.
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Al ser el único sostén de sus familias emprenden un negocio como de alimentos, belleza, estilismo o salud; abren una tienda de abarrotes en su casa o venden y distribuyen productos; la independencia laboral y económica son los mejores aliados para ellas.
Un porcentaje alto de las cerca de 800 mil jefas de hogar que viven en Jalisco caminan en un mundo de negocios y de economía desigual, además de luchar por sus derechos se enfrentan a la discriminación y rechazo social e institucional ante la falta de información y de programas para acceder a un sistema de financiamiento a adquirir una vivienda, una atención médica e incluso de educación.
En caso de entrar a la formalidad es difícil tener un trabajo de remuneración con horario flexible porque aún así se enfrentan a la discriminación y acoso por ser mamá soltera, viuda o divorciada.
Sussy, Loren, Johana y Anna han ingresado al mundo económico productivo independiente; solas se han empoderado y buscado alternativas para mantener sus negocios de venta y comercialización de productos, alimentos, cultura de belleza y salud. Mientras que las políticas publicas llegan a tener un avance lento, pero carecen de medidas que respalden el acceso a la educación, cuidado infantil, salud y vivienda a las miles de jefas de familia.
En muchos casos los apoyos económicos están condicionados a los estereotipos que mantienen a las mujeres atrapadas en el papel de cuidadoras; los actuales recursos son para este sector quienes tienen que comprobar si tienen una hija, hijo y adulto mayor en casa con discapacidad o con alguna enfermedad.
Aunque estas mujeres rompieron barreras internas y sociales aún la institucionalidad es la barrera más limitante al no poder acceder a créditos para vivienda y seguridad social por ellas mismas sin que los costos sean altos.
“Yo pago mi seguro por eso cada mes me pongo retos para vender los productos de salud”, mencionó Sussy Fernández quien tiene dos décadas dedicada a la venta de productos de belleza y de salud.
“Para la atención de mi salud y de mis hijas he acudido al hospitalito en Zapopan o a la Cruz Verde. Cuando ocuparon una cirugía ahí las lleve”, platicó Jhoana Nava Rodríguez; desde hace 19 años luego de un divorcio instaló su negocio con giro en cultura de belleza.
Alma Leyva desde que quedó viuda emprendió un negocio de venta de alimentos: “En salud voy con un médico particular y al Hospital Civil de Guadalajara, ahora que estoy bajo tratamiento médico especializado son más frecuentes mis consultas en el hospital”.
Anna Hernández hace 4 años consolidó su negocio independiente en belleza, salud y academia: “He acudido con el médico del Mercado Bola o al hospitalito”.
Ellas dejaron atrás su pasado para enfocarse cada día a innovar y mejorar sus ventas para brindar a sus hijas e hijos salud, educación y alguna actividad recreativa: Anna tiene dos hijas y un hijo está en el nivel básico escolar; Alma tiene dos hijas, concluyeron sus estudios de licenciatura en pedagogía y administración de empresas en universidades privadas.
A Jhoana le falta un año para que sus hijas terminen las carreras de abogado y administración en la Universidad de Guadalajara (UdeG), mientras que el hijo de Sussy tiene un año estudiando negocios internacionales, además cuida y atiende a su hijo adolescente con síndrome Down y a su papá quien tuvo un infarto, quedando con secuelas.
Ninguna ha claudicado en su labor de jefa de familia ni recibido algún tipo de apoyo gubernamental, por el contrario su sistema de financiamiento es propio, evitan realizar gastos innecesarios. Cada peso coinciden es un ahorro de horas extras de trabajo y de preparación con cursos a fin de mejorar su producto y ventas.
Aunque las estadísticas señalen que tres de cada diez negocios independientes sobreviven en un trienio el éxito de Jhoana, Lorena, Anna y Martha con dos décadas ha su misión y visión velar por su familia, principal motor que las empodera por romper todas las barreras del mundo de los negocios.
“En el caso de las mujeres, la tasa de sobrevida por seguir es un poco más alta porque son cabeza de familia y es el único sustento que encontrarán para sus familias”, indicó la directora del departamento de emprendimiento de la escuela de Negocios Emprendimiento del Tec de Monterrey, Delia Lizette Huezo Ponce.
Un negocio femenino es independencia económica de tiempo y sin riesgos, aunque el miedo invade también las hace mantenerse firmes para brindar una mejor calidad de vida a sus seres queridos. La constancia y la disciplina es un factor determinante para ellas.
“Hay miedo por estar a cargo de todo, tenemos que ser menos arriesgadas, es parte del emprendimiento femenino y tratamos de ir a negocios más tradicionales para evitar riesgos por asegurar el futuro de mis hijos o lograr tener una mejor calidad de vida”, expuso la especialista.
Emprendedoras no se afilian al seguro
En el tema de salud las jefas de familia emprendedoras evitan afiliarse al sistema de seguridad social por los costos que implican. “Saben que pueden pero en muchos casos prefieren no hacerlo porque significa una carga económica, se limitan por las implicaciones que ven. Nosotras como mujeres estamos entrando en un camino en donde a lo mejor no lo conocíamos y que ahora nos permite empoderarnos más como esa libertad que no puede dar el empezar a tener ingresos por nuestra propia cuenta y ser un ejemplo para nuestros hijos”.
En México siete de cada diez mujeres son jefas de familia y cuidadoras. Un trabajo flexible, adaptado en casa, manejar tiempo y espacio, aversión a riesgos y altos costos es la fórmula perfecta para iniciar un negocio en alimentos, belleza, maquillaje, podología, alimentos y de distribución.
“Son mujeres orquesta y van incorporando colaboradores, los primeros son los consanguíneos o familiares directos y van incorporando a más personas. Su modelo de emprendimiento y de expansión es muy cauteloso, cuidan mucho de no incurrir en riesgos financieros”, señaló por su parte el coordinador de Área de Consultorías y Coordinador Operativo del Hospital PYME, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Universidad de Guadalajara, Rogelio Rico.
En el 2023 la Asociación de Emprendedores de México, A.C. (ASEM) mostró que dos de cada cinco emprendedores son mujeres, datos espejo, reflejados en la vida jalisciense.
“Aunque hemos avanzado en el terreno, culturalmente las mujeres siguen siendo el pilar de hogar, cuidado del hogar y el sustento de las actividades, sí es un limitante para que ellas puedan emprender dedicarle tiempo”, subrayó Rogelio Rico. Ellas enfrentan la otra cara de la moneda; es difícil, las barreras socioeconómicas y culturales llegan a impedir el avance de las mujeres emprendedoras.
“A una mujer le cuesta más trabajo posicionarse como líder, puede haber colaboradores hombres renuentes a recibir órdenes o subestimen sus capacidades, llegan a recibir un trato diferenciado de los proveedores e incluso las mismas mujeres puede haber competitividad, envidias o mal entendido”.
En el llamado siglo del empoderamiento de las mujeres aumentó el número en negocios.
En este trayecto el reflector de la discriminación ha sido en las mujeres de los pueblos originarios, quienes poco a poco comienzan a tener un capital semilla gubernamental para iniciar un negocio.
Las mujeres jefas de familia buscan autonomía financiera. Para Martha, Lorena, Johana y Anna el consolidar su negocio ha sido años de sacrificio y con un objetivo, mirar por el bien de sus hijas e hijos. En 2022, en México residían 56 millones de mujeres de 12 años y más.
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