/ martes 25 de junio de 2024

Ciudadanía activa

Ser mexicano es un privilegio. Ser ciudadano es una cualidad y un derecho. Lo deseable es que los ciudadanos mexicanos ejercieramos nuestro derecho de manera cívica, participativa, útil y corresponsable. Participación y ciudadanía activa consisten en tener el derecho, los medios, el espacio y la oportunidad y, en caso necesario, el apoyo para participar e incidir en las decisiones y colaborar en las acciones y actividades a fin de contribuir a la construcción de una sociedad mejor.

En México son tiempos de cambio. Nuestros políticos continuan abriendo su brecha que la alejan de la expectativa y el deseo de nuestra sociedad. Después de que las elecciones presidenciales han pasado ya, la tensa calma que arroja entre los electores la renovación pa ifica de su poder ejecutivo federal, Cámara de Senadores y Cámara de Diputados, así como poderes legislativo y ejecutivo en diversas entidades federativas del país, el ciudadano en general asume que ya cumplió su deber civivo al asistir y votar por quien decidió libremente. Eso es muy importante, pero la obligación cívica no termina ahí.

Ahora es necesario que los mexicanos observemos el desempeño de nuestros gobernantes, les exijamos que cumplan sus compromisos de campaña, que observen conducta incorruptible, sin excesos, sin aprovecharse de los cargos públicos para enriquecimiento o beneficio personal, que no incurran en conflictos de intereses, que hagan bien las cosas propias de su encargo. Tambien el ciudadano debe involucrarse en acciones como lo son opinar e involucrarse en la realización de consultas, participar en la construcción de presupuestos participativos, referendum y consultas populares.

Aún más y en el más estricto de los sentidos, sin importar por quein hayan votado, los ciudadanos deberiamos convertirnos en observadores permanentes del desenvolvimiento de nuestros gobiernos. Aprender a evaluar con mayor rigor el desempeño, los programas y las obras del gobierno. Comprender en que se gasta el dinero público. Vigilar a los gobernantes, a los funcionarios y a los servidores públicos para evitar que incurran en actos de corrupción. Exigir que cada vez haya mayor transparencia y acceso amplio a la información gubernamental sin reservar tanta información que genera suspicacias y que debe estar a disposición del pueblo. Forzar la rendición de cuentas directa con el ciudadano independientemente de la que se rinde a organos superiores de fiscalización, Congreso de la Unión o entidades gubernamentales.

A nadie le sirve que aplaudan los mexicanos irracionalmente o que tapemos el sol con un dedo y argumentemos que todo va bien, que el nuevo gobierno es el mejor, que no hay errores en los años pasados recientes. Tampoco debemos de generar grupos de presión y expresiones opositodo que pretendan obstaculizar al gobierno electo por el noble pueblo. Ni festivos lambiscones ni ciegos de ira. México no necesita que haya una oposición irracional en contra del gobierno. Lo que es necesario, útil y deseable es que la ciudadania despierte, que evolucione y que aspire a convertirse en vigilante, en revisor y en contralor de sus gobiernos.

Cada uno de los partidos políticos nacionales que conservan registro despues de estas pasadas elecciones debe trabajar en atraer a ciudadanos para que participen en sus actividades ordinarias. En años no electorales debemos cultivar e incentivar a la participación ciudadana, a la capacitación cívica, en la corresponsabilidad social y en desarrollar mayor conocimiento y cultura política. Saber analizar información, discriminar fuentes informativas, expresar nuestras ideas en canales abiertos y redes sociales, son actividades que nos generan progreso, mejoria y labor social en busca del mejoramiento de nuestra sociedad. Los políticos no pueden solos y los ciudadanos debemos impulsar mejores modelos de convivencia, interacción y acción social por el bien general de todos.

www.youtube.com/c/carlosanguianoz

Ser mexicano es un privilegio. Ser ciudadano es una cualidad y un derecho. Lo deseable es que los ciudadanos mexicanos ejercieramos nuestro derecho de manera cívica, participativa, útil y corresponsable. Participación y ciudadanía activa consisten en tener el derecho, los medios, el espacio y la oportunidad y, en caso necesario, el apoyo para participar e incidir en las decisiones y colaborar en las acciones y actividades a fin de contribuir a la construcción de una sociedad mejor.

En México son tiempos de cambio. Nuestros políticos continuan abriendo su brecha que la alejan de la expectativa y el deseo de nuestra sociedad. Después de que las elecciones presidenciales han pasado ya, la tensa calma que arroja entre los electores la renovación pa ifica de su poder ejecutivo federal, Cámara de Senadores y Cámara de Diputados, así como poderes legislativo y ejecutivo en diversas entidades federativas del país, el ciudadano en general asume que ya cumplió su deber civivo al asistir y votar por quien decidió libremente. Eso es muy importante, pero la obligación cívica no termina ahí.

Ahora es necesario que los mexicanos observemos el desempeño de nuestros gobernantes, les exijamos que cumplan sus compromisos de campaña, que observen conducta incorruptible, sin excesos, sin aprovecharse de los cargos públicos para enriquecimiento o beneficio personal, que no incurran en conflictos de intereses, que hagan bien las cosas propias de su encargo. Tambien el ciudadano debe involucrarse en acciones como lo son opinar e involucrarse en la realización de consultas, participar en la construcción de presupuestos participativos, referendum y consultas populares.

Aún más y en el más estricto de los sentidos, sin importar por quein hayan votado, los ciudadanos deberiamos convertirnos en observadores permanentes del desenvolvimiento de nuestros gobiernos. Aprender a evaluar con mayor rigor el desempeño, los programas y las obras del gobierno. Comprender en que se gasta el dinero público. Vigilar a los gobernantes, a los funcionarios y a los servidores públicos para evitar que incurran en actos de corrupción. Exigir que cada vez haya mayor transparencia y acceso amplio a la información gubernamental sin reservar tanta información que genera suspicacias y que debe estar a disposición del pueblo. Forzar la rendición de cuentas directa con el ciudadano independientemente de la que se rinde a organos superiores de fiscalización, Congreso de la Unión o entidades gubernamentales.

A nadie le sirve que aplaudan los mexicanos irracionalmente o que tapemos el sol con un dedo y argumentemos que todo va bien, que el nuevo gobierno es el mejor, que no hay errores en los años pasados recientes. Tampoco debemos de generar grupos de presión y expresiones opositodo que pretendan obstaculizar al gobierno electo por el noble pueblo. Ni festivos lambiscones ni ciegos de ira. México no necesita que haya una oposición irracional en contra del gobierno. Lo que es necesario, útil y deseable es que la ciudadania despierte, que evolucione y que aspire a convertirse en vigilante, en revisor y en contralor de sus gobiernos.

Cada uno de los partidos políticos nacionales que conservan registro despues de estas pasadas elecciones debe trabajar en atraer a ciudadanos para que participen en sus actividades ordinarias. En años no electorales debemos cultivar e incentivar a la participación ciudadana, a la capacitación cívica, en la corresponsabilidad social y en desarrollar mayor conocimiento y cultura política. Saber analizar información, discriminar fuentes informativas, expresar nuestras ideas en canales abiertos y redes sociales, son actividades que nos generan progreso, mejoria y labor social en busca del mejoramiento de nuestra sociedad. Los políticos no pueden solos y los ciudadanos debemos impulsar mejores modelos de convivencia, interacción y acción social por el bien general de todos.

www.youtube.com/c/carlosanguianoz